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Es Noticia

Ibrahima Baldé, una sonrisa de agradecimiento

Ibrahima Baldé posa con la bufanda oviedista.

Ibrahima Baldé anotó seis goles en la pasada temporada jugando mucho menos que Joselu que consiguió marcar 10 tantos. En el promedio de goles conseguidos y minutos jugados, Ibra fue el mejor delantero del curso pasado. Esta temporada no está contando con muchos minutos. Para Egea era un jugador que estaba fuera de sus planes. Con Rozada ha recuperado parte del protagonismo perdido, aunque Ortuño y Joselu están por delante de él en la relación de delanteros.

Su llegada al Real Oviedo se produjo la temporada pasada procedente del Cluj y no estuvo exenta de problemas. Un problema burocrático en la embajada de Rumanía impedía que el delantero adquiera el visado, e incluso se llegó a plantear viajar en coche desde allí. Finalmente esto último no fue necesario.

La historia de Ibra, es una historia de superación. Con 16 años estudiaba en Senegal y jugaba al fútbol soñando con que algún día sería jugador profesional. Uno de sus ídolos fue Zlatan Ibrahimovic y el año pasado pudo cumplir uno de sus deseos, cuando Zlatan le envió una camiseta firmada. En busca de lograr su sueño viajó a Argentina a hacer una prueba para progresar en su carrera. Llegó a país sudamericano y empeñó la mitad del dinero que tenía en un taxi para llegar a Buenos Aires. Allí no había nadie, y tuvo que esperar un mes hasta que Vélez le hizo una prueba.

Su llegada a Vélez tampoco fue fácil, porque a los problemas con el idioma, se le unieron los malos tratos de sus compañeros en el vestuario. A todo ello se le añadió un problema con el papeleo que le impedía jugar. Ibra solo entrenaba con el filial, pero a raíz de una buena actuación en una sesión que compartió con la primera plantilla, se aceleró el proceso y consiguió la ficha.

Su rendimiento en el equipo argentino fue tan bueno que el Atlético de Madrid se fijó en él. Se marchó por la puerta de atrás de Vélez, viajó a su país sin permiso y nunca regresó. Su siguiente club fue el filial del Atlético de Madrid y apenas un año después de llegar, ya había debutado en el primer equipo con Quique Sánchez Flores de entrenador.

Ibrahima Baldé, en su etapa en el Kuban Krasnodar.

Ese verano marchó del Atlético cedido y se enroló en varios equipos de la actual Liga SmartBank como el Numancia y Osasuna. Puso fin a su periplo español y marchó a jugar en Rusia, en el Krasnodar. En el país ruso tuvo buen rendimiento, sus actuaciones le valieron para ser convocado con Senegal y disputar los Juegos Olímpicos de 2012. De Rusia voló a Francia, para jugar en el Stade Reims y de allí al Cluj, equipo de la Primera División rumana.

Ibrahima Baldé ha tenido momentos complicados en su trayectoria futbolística, pero estas circunstancias le han ayudado a forjar su carácter. Siempre alegre, siempre sonriendo y siempre tratando de ayudar a los demás. El año pasado junto con su compañero Boateng colaboraron con la asociación Asturias por África, para dar comida a los niños de un colegio de Gambia.

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  1. Jose Ignacio

    Obra, eres un crack !!