El Real Oviedo de los minutos finales

El Real Oviedo empató el pasado jueves frente al Extremadura en el Tartiere. Fue un partido en el que el equipo empezó mal y en la primera parte no estuvo cómodo en el césped. El rival lo hizo a la perfección e inhabilitó el centro del campo del Oviedo. A medida que fueron pasando los minutos, los de Javi Rozada se fueron asentando y dominando al rival.

Cuando en el minuto 70, Kike Márquez puso el 0-1, saltaron las alarmas por el riesgo que había de perder el cuarto partido consecutivo, el segundo en casa. La reacción del equipo fue clave para evitarlo. El gol llegó cuando mejor estaba jugando los azules. La jugada se inició con un error individual, pero el delantero del Extremadura lo hizo a la perfección para anotar.

Lejos de venirse abajo por el mazazo del gol cuando menos lo merecían, el equipo sacó la garra y la personalidad que tienen y siguieron intentando conseguir marcar. El tanto llegó en el minuto 85, Ortuño cabeceó un balón con fuerza que había sido centrado milimétricamente por Berjón. El equipo lo intentó hasta el final, y el Extremadura lo pasó mal hasta con cinco defensas.

Si en el partido frente al Elche hubo silbidos al descanso y al final del partido, y el ambiente estaba crispado, en la noche del jueves fue diferente. Los jugadores se entregaron y lo dieron todo, sobre todo en la segunda mitad, y eso lo supo reconocer el público del Tartiere. Aún queda mucho por mejorar, y por corregir, pero ha sido un pequeño paso adelante que marca la línea a seguir. Rozada ha sabido darle esa energía y refuerzo moral que necesitaban los jugadores.