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Es Noticia

Tres años de la marcha de un ídolo oviedista

Noelia Mejías

Aunque ya parezca algo lejano después de cuatro temporadas peleando en LaLiga 1|2|3, no hace demasiado que el Real Oviedo logró el ansiado ascenso a la categoría de plata. Un gran premio después de mucho pelear en Segunda división B y Tercera. Con Sergio Egea al mando del plantel carbayón, el equipo azul cumplió el gran objetivo. Precisamente, este miércoles 14 de marzo se cumplen tres años de la marcha del técnico argentino del Real Oviedo.

Pese a su salida, el oviedismo guarda un buen recuerdo del míster que devolvió al conjunto ovetense al fútbol profesional.

El entrenador argentino dimitió como técnico del equipo azul el 14 de marzo de 2016, tras reconocer públicamente que los roces con algunos jugadores dentro del vestuario habían minado su moral. 

Egea aterrizó en el banquillo carbayón en el verano de 2014 al que llegó siendo un desconocido en el panorama futbolístico español, aunque ya había tenido ocasión de dirigir a equipos como el Eldense, el Hércules, el Toledo y los filiales del Real Valladolid y el Real Madrid. Pero nada comparado al reto que suponía el Real Oviedo: devolver a un histórico del balompié al fútbol profesional. 

Con la confianza del Grupo CARSO, Egea arrancó una aventura que terminaría el 14 de marzo de 2016. Entre medias, un ascenso a la categoría de plata y dos tercios de temporada excepcionales en el regreso de la entidad oviedista, en los que se mantuvo prácticamente en puestos de play off a la máxima división. 

Si hay algo que recuerda la afición del Real Oviedo de Sergio Egea es su familiaridad y cercanía. De hecho, cuando el argentino decidió abandonar la entidad oviedista, la afición le despidió entre aplausos mostrándole todo su cariño en las gradas del Carlos Tartiere. Algo que emocionó mucho al propio entrenador, que incluso lloró al hablar de la parroquia azul en la rueda de prensa de despedida.

Sergio Egea fue un ovetense más y quiso conocer de primera mano experiencias tan comunes en Asturias como la de trabajar en una mina, por lo que visitó la mina del Pozo Sotón.

Este y muchos otros gestos enternecieron a la hinchada carbayona que lamentó como la que más su marcha y que siempre llevará en su corazón el nombre de Sergio Egea.

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