Un equipo a batir
El empate de este sábado en el Carlos Belmonte ante el Albacete deja múltiples lecturas positivas para el Real Oviedo. Los azules, acostumbrados a las buenas noticias en las últimas semanas, no consiguen los tres puntos, pero siguen sumando en el campo del líder, al que le tienen ganado el goal average, dejando además buena imagen. La imagen de un equipo aspirante de la categoría, con unas señas identificables al que los rivales ya ponderan como un conjunto complicado de ganar.
El Oviedo ha conseguido la madurez necesaria para ser un equipo candidato a los puestos altos de la categoría. El Oviedo es ese equipo al que se le teme a balón parado. Es ese equipo sólido y rocoso que es difícil de desactivar. Ese equipo que tiene recursos para generar gol de la nada. El Oviedo se ha convertido en el equipo contra el que muchas veces ha chocado. Es de esos equipos ásperos, incómodos de jugar y que domina el juego aéreo. Una acumulación de aspectos positivos que se ha alcanzado con el paso de las jornadas, y que dista mucho de la imagen de la primera vuelta. Una imagen que hay que mantener, porque ya se sabe lo que es esta categoría. En la línea de esa reflexión se mostraba también Anquela en la sala de prensa: "El año pasado este partido el equipo lo perdía".
El Oviedo mantiene la distancia con el Albacete, al que tiene el goal average ganado, en otro apunte más que sale a favor. Igual que el hecho de que de los tres apercibidos únicamente uno viera la amarilla, permitiendo así salvar la primera situación complicada a la que se enfrentaban. Omar Ramos y Viti acumularon minutos para seguir buscando la chispa. Todo son pequeños detalles que van acorde a la dinámica de positivismo.
El reto está ahora en conseguir mantener todas estas sensaciones en el tiempo. Que el equipo no se derrumbe es la clave de cara a lo que queda de competición. Seguir siendo un equipo reconocible y seguir con la dinámica. Ser un equipo a batir.