El punto fatídico
El Real Oviedo cayó en su visita al Zaragoza por 2-0. Los azules, que no se sienten cómodos en La Romareda, volvieron a caer en tierras aragonesas y eso que tuvieron una opción inmejorable para ponerse por delante en unos minutos claves de partido. La dinámica se ve frenada después de la derrota, quedándose las estadísticas en nueve puntos consecutivos; a la espera de volver a sumar en próximos partidos.
El partido estuvo condicionado desde la previa. Carlos Martínez no pudo participar, por un proceso vírico, lo que obligó a los azules a presentarse con 17 hombres al encuentro. Esa baja propició varios cambios en los esquemas previstos. Diegui tuvo que desplazarse a la posición de carrilero, Mossa a la de extremo izquierdo, Javi Hernández al carril y Christian al centro de la defensa por la izquierda también. Pero la modificación más sustancial fue la de Bárcenas, que cambió la izquierda donde tan cómodo estaba por la derecha, en la que tampoco cuajó no obstante una mala actuación.
Todas estas circunstancias se unieron a la falta de efectivos desde el banquillo que pudieran alterar el guion. A falta de extremos u hombres que aportaran desequilibrio, a excepción de Sandoval, Anquela no planteó ninguna modificación hasta el primer gol local.
El Oviedo tuvo las ideas claras, replegado sin sufrir en exceso, aunque más metido atrás de lo habitual. Tenía bien controlado al Zaragoza, aunque los maños ofrecían de vez en cuando atisbos de que podían crecer. Los azules fiaban su proyección ofensiva a alguna salida a la contra precisa o al balón parado; y en esta segunda vertiente llegó la gran ocasión que esperaban los carbayones. Después de un córner, Bárcenas forzó un penalti, pero Alanís no pudo anotarlo. El Oviedo continúa con sus malos datos desde el punto de penalti.
El Zaragoza se envalentonó y de lo que pudo haber sido se pasó a lo que finalmente fue. Álvaro Vázquez acertó hasta en dos ocasiones con la portería de Champagne, la segunda en una acción espectacular y firmó el 2-0 definitivo. Se juntaron dos maldiciones en el camino de los azules, la del punto fatídico y la de La Romareda. Ni la buena dinámica pudo acabar con ellas este viernes.