El Oviedo muere en la orilla

El Real Oviedo llegaba a Los Cármenes con ciertas dudas después de la derrota ante el Almería, unas dudas que parecieron disiparse durante el desarrollo del partido, pero que se abrieron de nuevo con el gol local, mostrando de nuevo fragilidad defensiva. Anquela sorprendió en el inicio, y modificó el esquema, saliendo con un 4-2-3-1, con Diegui en el extremo diestro por delante de Carlos Martínez, hoy más entonado en su posición natural y con Tejera en el enganche por detrás de Ibra.

El Oviedo salió respondón en el campo del líder y fue dueño del balón en los primeros minutos de partido. Pese a ello, el Granada también llegó con peligro, en un arranque con numerosas ocasiones. Los 20 primeros minutos fueron un toma y daca, con una llegada de Pozo para el Granada, y dos apariciones de Mossa y Diegui en área contraria.

Ambos tuvieron su ocasión clara. Primero el Oviedo, cuando Tejera filtró el balón para Ibra, que se vio solo delante del portero y la echó fuera en el uno contra uno. Unos minutos después, Adrián Ramos recibió dentro del área grande y sacó un latigazo sobre la portería de Champagne, que escupió el larguero para fortuna carbayona. Adrián Ramos volvió a perdonar en el 27, cuando cazó un balón suelto ante la pasividad de la zaga del Oviedo y arrancó, pero su disparo se fue fuera.

Con el paso de los minutos el Granada fue creciendo en el partido. Los andaluces se hicieron con el mando del esférico y fueron encerrando al Oviedo en su área a base de balones colgados y jugadas de estrategia, pero los azules se sacudían con salidas en velocidad y en una de ellas tuvieron otra gran ocasión. Bárcenas sacó un centro preciso desde la izquierda, pero Diegui llegó desequilibrado y el remate se marchó desviado. Acto seguido, Mossa probó desde lejos. En defensa, los carbayones acusaban falta de entendimiento en algunas ocasiones, entre los centrales y Champagne. El descanso llegó con el resultado inicial, pese a que ambos equipos hicieron méritos para romperlo.

En la segunda mitad, el ritmo fue más pausado y el juego más trabado. Hasta el minuto 60 apenas hubo acercamientos peligrosos, y fue nuevamente un Adrián Ramos muy activo el que remató desviado. Las ocasiones visitantes quedaron para el balón parado, donde el Oviedo volvió a quedarse con la miel en los labios. En el minuto 74, después de una sucesión de rebotes en el área, Bárcenas conectó el disparo, pero rechazó en el poste. Diegui mandó arriba el rechace.

Las sensaciones que había ido dejando Champagne a lo largo del partido las cambió sobremanera en el minuto 79. En un córner, Alanís remató involuntariamente hacia su portería, y el guardameta argentino despejó en una acción acrobática. Ambos equipos habían perdonado, pero el Granada no dejó escapar más la oportunidad en el minuto 83. Un gran balón en largo lo recibió Adrián Ramos en posición correcta, habilitado por Alanís, y batió a Champagne con un sutil toque por encima.

Los azules se quedaron sin capacidad de reacción en el poco tiempo restante de partido y cosecharon su segunda derrota consecutiva, en un partido en el que tuvieron ocasiones como para merecer más y en el que ya se hacía una lectura positiva del punto que se estuvo a punto de sumar.