¡La primera en casa!
El Real Oviedo necesitaba la victoria, por lo deportivo y por lo anímico; y los tres puntos llegaron en el Tartiere. Anquela decidió volver al esquema de la segunda parte de la pasada temporada, con tres centrales y dos carrileros y, al menos este domingo, dio resultado. Las sensaciones defensivas de los últimos partidos preocupaban al técnico que buscó con este cambio de dibujo la solución.
El Oviedo recordó al de la temporada pasada. Con transiciones rápidas y con mucha profundidad por bandas, ya que Mossa y Diegui Johannesson ganaban línea de fondo con asiduidad, aprovechando la versión asociativa por dentro que daban Saúl Berjón y Bárcenas. En una de esas llegadas por la banda derecha, Joselu recogió el balón en el área y disparó, un remate que fue rechazado a córner. Tras el saque de esquina llegó el primer tanto. El Oviedo sacó en corto, sacudió y desordenó a la defensa manchega y Bárcenas centró. Tras una peinada en el primer palo, Folch empujó en el segundo a placer.
El Oviedo continuó controlando el partido y mandando con solvencia. Sin plantear un asedio hacia la portería de Tomeu Nadal, pero siendo dominador y sin sufrir en defensa. Los azules no tuvieron ocasiones claras, pero sí que hubo varios remates a portería de Saúl y Bárcenas. El Albacete no conseguía desactivar el plan de Anquela, y apenas pisó el área de Alfonso en la primera mitad.
Tras el paso por vestuarios, el guion continuó siendo el mismo, con mayor intensidad incluso por parte de los azules. Una presión muy alta daba frutos a los carbayones, con numerosas recuperaciones en la salida de balón manchega. Joselu tuvo una gran ocasión, al cazar un complicado remate de primeras después de un gran centro de Saúl desde la izquierda, pero Tomeu Nadal rechazó a córner.
El Albacete comenzó poco a poco a desperezarse en torno al minuto 60, más o menos cuando el Oviedo acostumbra a bajar el pistón. Y en el minuto 65 dio el primer aviso claro a la salida de un córner. Después de un aclarado, Zozulia llegó en carrera para rematar con claridad, pero Alfonso Herrero consiguió rechazar con una gran intervención.
Pero los azules supieron hacer lo que no habían hecho en otros partidos. Jugar con el marcador a favor. Impedían las embestidas del Albacete manteniendo la posesión de balón y planteando posesiones largas, con un Joselu atento a cualquier salida y dando oxígeno en cada balón que rondaba su posición. El partido fue muriendo poco a poco, sin que los manchegos pudieran acercarse a l portería de Alfonso, llevándose así los azules un valioso botín en forma de tres puntos. La primera victoria en casa de la temporada, que tan necesaria era.