Buenas sensaciones, mal resultado
Volvió la competición oficial al Carlos Tartiere y se pudo ver al nuevo Real Oviedo. El conjunto azul había ido dejando pinceladas de lo que se podía esperar durante la pretemporada, y en este primer partido ante el Extremadura se vieron esos rasgos característicos del 4-3-3 por el que apuesta Juan Antonio Anquela. El Oviedo fue claro dominador del partido y generó peligro en área contraria notablemente, pero no fue capaz de anotar el segundo tanto y dejó el partido abierto, propiciando así que el Extremadura empatase en su única llegada.
La sensación al término del encuentro fue agridulce para los carbayones. Por un lado, la buena sensación que dejó el juego azul y por otro el resultado, que no fue lo acorde a que el gusto había dejado. Y eso es lo que importa, los puntos.
El Oviedo fue diferente al del año anterior. Los tres hombres en el centro del campo se encargaron de mantener la posesión y de circular el balón, llevándolo a las bandas, donde lo esperaban Saúl y Bárcenas escoltados por Mossa y Diegui. Así, por banda izquierda llegó el tanto, y también numerosas ocasiones por el otro costado.
Un plan que muestra un Oviedo que propone y que busca llevar el peso, algo que ayer consiguió, aunque no consiguiera cerrar el partido. Porque ese es el regusto amargo; no haber aprovechado alguna más de las ocasiones que se tuvieron a lo largo del partido.