Fiesta en azul

Necesitaba un golpe de mano ante su gente y premiar el esfuerzo de los que viajaron hasta León y el Oviedo no falló. Por fin desterró el mito de los viajes masivos con malos resultados. Estrenó su casillero de victorias a domicilio y confirmó que está preparado para pelear por todo.

No hubo sorpresas en lo que se esperaba del encuentro, la grada tuvo un color azul intenso. Los más de 4.000 seguidores oviedistas se impusieron con rotundidad en la grada y el equipo no tenía otro remedio que contagiarse de ese ambiente y tomaron las riendas del encuentro desde el pitido inicial.
Egea apostó por Sergio García como única novedad en el equipo titular y el zamorano fue el protagonista de la primera ocasión clara del encuentro, pero su disparo fue despejado por Leandro. La idea del Oviedo estaba clara, presionar muy arriba a la Cultural para recuperar en campo contrario y así llegar más rápido a la meta contraria.
Los azules y la grada reclamaron como penalti unas manos de Tejedor dentro del área, que parecieron pena máxima. La grada azul esperaba el gol del equipo y éste llegó de la forma más inesperada. La Cultural lanzó un saque de esquina y acabó retrasando el balón. Linares hizo uno de esos ejercicios de fe poco vistos. El delantero corrió en solitario a la presión y obligó a la zaga retrasar el balón a Leandro, el meta quiso recortar al delantero pero el ariete azul tocó el balón lo justo para llevarlo al fondo de la red.
La locura estalló en la grada y el equipo, que había hecho méritos para mandar en el marcador, alcanzaba su objetivo y no parecía dispuesto a cambiar de idea e juego. Sergio García tuvo el 0-2 en un disparo cruzado de Sergio García.
El atacante azul iba ser protagonista también el otro área. En una de las contadas ocasiones en que los leoneses salieron con el balón jugado, Sergio García derribó a Tornero y el asistente de Muñoz Piedra señaló penalti. Aketxe lanzó y batió a Esteban. En su primer tiro, los locales acertaban a empatar el partido.
El gol en contra pareció afectar más de lo debido al Oviedo que perdió el control del encuentro. Las cosas se igualaron y aunque Esteban no pasó por apuros, la Cultural se sentía más cómoda en el partido. Todo apuntaba a las tablas antes del descanso, pero fue entonces cuando apareció Generelo en un saque de esquina para elevarse por encima de dos defensas y anotar de cabeza el 1-2.
Con la ventaja en el marcador, el Oviedo afrontó el segundo tiempo más contemporizador y eso puedo costarle caro. El equipo, aunque mantuvo la intención de hacer daño, no tenía la misma agresividad que en el primer acto y eso facilitaba algunas salidas de la Cultural. En una de ellas, Tejedor estuvo a punto de volver a igualar el encuentro con un cabezazo que se fue lamiendo el larguero de la portería de Esteban.
Buscó Egea cambiar las cosas desde el banquillo y dio entrada a Eneko para poner a Susaeta como media punta y poco después retiró a Erice, que tenía tarjeta amarilla, para dar entrada a Omgba. Sin hacer nada del otro mundo, el Oviedo controlaba, pero lo ajustado del resultado hacía vivir en el filo de la navaja a los aficionados que no respiraban tranquilos en la grada.
El Oviedo tenía que demostrar el oficio que se le supone a su plantilla y ejercer de favorito sabiendo sacar partidos adelante sin estar brillantes. Los azules dieron un paso atrás y eso hizo que la Cultural tomase las riendas del juego. Con los locales volcados pero sin crear peligro, el último suspiro del choque sirvió para que Susaeta sirviese en profundidad a Omgba para cerrar el encuentro con el 1-3 y dar rienda suelta a la fiesta en azul.