Un viejo walkman en el bolsillo
Chris Patt aparece en pantalla. Aprieta un botón de su walkman, suena una fina melodía y arranca una de las películas más taquilleras de los últimos días. (Casi) Como anillo al dedo. La de Marvel se llamaba Guardianes de la Galaxia, el Real Madrid, ante el Celta, también tuvo su walkman y su particular melodía, pero fue de todo, menos guardián.
Guardián desde luego que no. El Celta apenas le creó un par de ocasiones y ambas, con pases mágicos de Iago Aspas y Denis Suárez, acabaron en gol. La defensa hizo aguas en un día excelente en lo ofensivo. Aquello de la manta que se quedaba corta. Nos suena de anteriores capítulos y temporadas.
¿Y la melodía qué? Pues la que a todos los madridistas le enamora: la de la Champions League. El tropezón blanco, en el peor momento, llega coincidiendo con la vuelta de la máxima competición europea. Y sería un error tremendo ponernos los cascos, soñar con Europa y olvidarnos de casa.
El Real Madrid, que recuperó para el encuentro de este domingo -probablemente- a su mejor delantera, pierde ventaja en LaLiga Santander una semana antes de enfrentarse al Manchester City, de tener que ocuparse -porque así lo exige- al 120% en la Champions League. Un tropezón en el peor momento. Y sin ser guardián, precisamente.
No es momento de volver a tirar del walkman. De repetir errores de pasadas campañas, de olvidar el título casero y centrarse únicamente en la Champions. El Santiago Bernabéu, su público, merece un título liguero y caer, entretenerse en la fina melodía, sería un grosero error.
El walkman, déjelo en el bolsillo Zizou. La música de la Champions sonará bien fuerte en los altavoces del estadio y lo del Celta, por el bien del título, debe quedar en un simple tropezón sin importancia. Más le vale al equipo.