'Trust the process'
El Real Madrid está viviendo un final de temporada atípico. El conjunto blanco quedó prematuramente fuera de la carrera por todas las competiciones en las que estaba inmerso y tuvo que recurrir de nuevo a Zidane, al cual ha entregado las llaves del nuevo proyecto con el cual poder recuperar la gloria perdida.
A un servidor, amante de la NBA y de las causas perdidas, se le asemeja la situación del cuadro blanco -salvando las evidentes distancias- con la de los Philadelphia 76ers.
El equipo de Pensilvania deambuló varios años -de ahí lo de salvando las distancias- por el desierto más absoluto siendo el peor equipo de la liga, pero trabajó en un plan de reconstrucción que hoy comienza a dar sus frutos y lo convierta en uno de los candidatos al título esta temporada. En aquellos tiempos en los que la franquicia de la ciudad del amor fraterno diseñaba su retorno a la élite, adoptó el lema 'Trust the process' ('Confía en el proceso' en castellano) que suele ser aclamado hoy día por los fans en el Wells Fargo Center -pabellón en el que disputan los partidos como local.
El caso del Real Madrid es en cierta medida similar y la cúpula madridista -y la amplísima mayoría de la afición- confía a pies juntillas en el proceso que ha de llevar a cabo Zidane. Y ese pasa, hasta que termine la temporada por darle oportunidades a los jugadores que deben de probar que la próxima temporada tienen cualidades para estar en el barco de Zizou.
En el Coliseum fue el turno de Fede Valverde, Reguilón y, sobre todo, Brahim Díaz. Los tres cumplieron con nota y harán a los madridistas que al menos confíen en que el proceso tiene mimbres para funcionar.