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Es Noticia

Así llega el PSG al Bernabéu

Los jugadores del PSG celebran un gol.
Alberto Casas

 
Si nos dicen que el próximo Real Madrid-París Saint-Germain es la final de la Champions, nadie se extrañaría. Dos de los equipos más poderosos, tanto económica como deportivamente, del Viejo Continente frente a frente. Mirándose a los ojos, desafiándose y comparando a cada uno de sus componentes para librar una batalla espectacular. Sin embargo, la suerte ha deparado que no se vean las caras en el último partido del torneo, sino mucho antes y en un doble enfrentamiento. A priori, la eliminatoria más igualada.

A pesar de las similitudes en cuanto a nivel futbolístico de uno y otro, las trayectorias de ambos en sus campeonatos domésticos están siendo muy diferentes. Si analizamos lo que hemos visto de curso hasta ahora, en cuanto al juego y los resultados, los parisinos pueden parecer ligeramente favoritos. El PSG lidera de manera holgada la Ligue 1 en una temporada en la que los equipos importantes de Francia están bien y aguardan el fallo para entrar a disputarle el título. Sólo ha perdido un partido de los últimos quince en todas las competiciones y en muchos de ellos ha terminado goleando.
Emery ha creado un bloque sólido y ha sabido encajar a la perfección en el campo al temido tridente ofensivo (Neymar, Cavani y Mbappé) y, cuando alguno no está, dar minutos a los suplentes de tantísimo nivel que tiene en una plantilla con un talento infinito. Gracias a eso se ha convertido en un equipo camaleónico, capaz de variar su forma de juego para adaptarse al rival, al escenario y al momento en el que se desarrolle el partido. Posee jugadores en el medio para tener la pelota (es lo que suele hacer) y también con capacidad para lanzar contragolpes y aprovechar la velocidad de sus atacantes, entre los que también destacan sus laterales. Tanto Dani Alves y Meunier (en la derecha) como Kurzawa y Yuri (en la izquierda) tienen libertad para vivir en campo contrario, algo que provoca que llegue con muchos jugadores al área contraria.
No obstante, el Bernabéu impone. Es una realidad. Y siendo el partido de ida, Emery tiene dos opciones: utilizar la versión más ofensiva para intentar decantar la eliminatoria, o una versión menos arriesgada para resolver en París. En la primera, el mediocentro del equipo sería Lo Celso. El argentino, acostumbrado a jugar más arriba, tiene calidad, último pase y llegada, pero sufre defendiendo. En la segunda, Lass Diarra, un viejo conocido de la afición blanca, sería el centrocampista de cierre. Un jugador con más experiencia, con calidad para tener la pelota, para poner pausa y con más dotes defensivos. Aunque el galo no está al cien por cien físicamente. En ambos casos, acompañados en el medio por Verratti y Rabiot.
Pero al PSG también se le puede hacer daño. Es un equipo compensado, pero con desconexiones. Un equipo que sufre al espacio y que no tiene un portero fiable. Areola, ex del Villarreal, no está demostrando seguridad y comete errores que no se corresponden con el nivel del club galo. Y, sobre todo, un equipo que ha sufrido esta temporada cuando rivales de entidad le han impuesto un ritmo alto (Monaco, Lyon o Bayern).
Líder de la Ligue 1, en la final de la Copa de la Liga y en cuartos de la Copa de Francia. Es evidente que llega en un buen momento el conjunto parisino, con la confianza de los resultados y los argumentos de su fútbol. Con sus hombres más peligrosos disfrutando en plena fo rma y con la idea y la ambición de conseguir la ansiada Champions que coronaría un proyecto de mucho dinero.
 

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