La noche de este 5 de diciembre será una cita que no olvidará jamás Jesús Vallejo. El madridista guardará el choque ante Las Palmas por siempre en su recuerdo, como el partido en el que obtuvo su primera titularidad con la elástica blanca. La ausencias y las necesidades obligaron a Zidane a brindarle la oportunidad soñada.
Analizando el encuentro, nadie podría decir que Vallejo es un jugador inexperto. A pesar de su corta edad, el zaguero demostró con hechos solvencia, efectividad y galones impropios para un chico de su edad. En una atípica pareja junto a Nacho, se confirmó como un quebradero de cabeza para los arietes canarios, que caían lamentados ante su valía.
De hecho, apenas media hora le valió para sacar la primera ovación del Bernabéu, tras un balón que le birló a Calleri cuando este ya celebraba el gol. Ayestarán repobló el centro del campo para buscar hacer daño al Real Madrid desde el centro, pero cada vez que el conjunto canario se introdujo en zona de tres cuartos se topó con el muro blanco.
En la segunda mitad volvió a aparecer en varias acciones decisivas en las que cortó hasta tres contragolpes claros de Las Palmas. Una pared que tiene el futuro asegurado y que espera afianzar a una de las mayores promesas blancas.