Es Noticia
Betis Deportivo
3-2
Balona

El dulce placer de respirar (3-2)

Álvaro Borrego

El Betis Deportivo logró una agónica victoria que exprimió el oxígeno de un equipo exhausto, que estableció el reflejo más fiel a lo registrado en este primer tramo de curso. El atractivo juego puntual se tornó en la más ínfima desgana, la eficacia arriba palió la inestabilidad defensiva y la soltura acabó golpeada por los nervios. Y así marchita la crónica de toda la temporada pero pasado el mal rato, llegó la alegría.

Poco hubo que destacar en los primeros cuarentaicinco minutos, con dos equipos contagiados por el insólito frío hispalense que congeló las ideas de dos contendientes empeñados en tantearse. La pugna por el dominio del esférico marcó el devenir de una parte donde los verdiblancos agarraron el poder del cuero pero fueron los albinegros quienes dispusieron de las ocasiones más claras. Hinojosa se apoderó de un centro del campo volcado en percutir su juego por el flanco izquierdo, con un Liberto Beltrán que se reinvindicó y de qué manera en la Avenida de Italia. 
Fue el propio extremo quien se alió con la suerte y merced a una notable jugada personal acabó cayendo en el interior del área cuando se disponía a encarar el marco rival, generando una pena máxima que nutrió de oxígeno a los necesitados intereses verdiblancos. Él se la guisó y él mismo terminó por comérsela, con un penalti que acabó transformando por el palo izquierdo del exbético Montoya.
La charla de vestuarios sentó como un placebo mágico a los de José Juan Romero, que iniciaron la segunda parte dispuestos a terminar de desequilibrar la balanza. Cinco minutos tardó el filial en dinamitar la cita, con una nueva pena máxima que sentenció Loren y que instauraba la alegría en el viejo Heliópolis. No contento con el resultado y sapientes de la capacidad del rival, el técnico arengó a los suyos en busca de un tercer gol que llegó cuando menos lo esperaban. Loren se aprovechó del error de un rival para robar el esférico en el centro del campo y encarar en solitario el marco rival para asistir a Roberto González, que remataría a placer desatando la locura de los allí presentes.
No obstante, el júblico relajó las aspiraciones de un Betis Deportivo que volvió a ser más Betis que nunca, en una segunda mitad que acabó atragantándose y casi cesando el oxígeno conseguido hasta la fecha. Gato, en primera instancia, y el ex bético Madrigal cuando el encuentro comenzaba a marchitar desataron la desesperación de un equipo que veía como se le escapaba el triunfo y que acabó agazapado hasta el último minuto. Un postrero alargue que acabó por abrazar los intereses de los verdiblancos y que ofreció un 3-2 final cuanto menos ilusionante para este año que recién comienza.
 

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