Eduardo Maciá protagoniza la revolución tranquila, el cambio moderado hacia un Betis sólido y estable en Primera división que pueda llegar a Europa para quedarse, no como esa visita extraña que llega a casa, se toma un café y sale corriendo.
Maciá no ha entrado en el Betis como un elefante en una cacharrería. Y esto es precisamente lo que convenció a Juan Carlos Ollero. El presidente del Betis es un hombre con los pies firmemente asentados en el suelo y no quería a su lado a un hombre de recetas mágicas o saltos al vacío. “Piano, piano se llega lontano”. Así lo ha dicho Ollero, homenajeando la procedencia de su nuevo director deportivo. Las bases están claras y son comunes. Y Pepe Mel piensa exactamente igual.
El Betis va a cambiar, pero habrá que darle tiempo. Quizás por este motivo se le dio un proyecto de cuatro años, una larga duración nada habitual en el fútbol actual. Maciá está ilusionado con el desafío, y se le nota. Tiene las ideas claras y da la sensación, casi lo podríamos asegurar, que vive con pasión su profesión.
La principal labor de Maciá será fichar jugadores, así que lo primero que conviene saber es qué tipo de futbolistas le gustan al nuevo director deportivo del Betis. No ha dado un perfil como si se tratara de un curriculum, pero uniendo piezas sí se puede hacer un retrato robot del jugador que le gusta a Maciá. La primera condición y base de su elección es prestar más atención a lo que no se ve que a lo que se ve. Es decir, Maciá parte de la convicción de que a todo jugador que está en la élite se le presuponen unas condiciones físicas, técnicas y tácticas mínimas. Así que Maciá prefiere bucear en el interior del futbolista y, sobre todo, en su cabeza. “Yo le doy más valor a la calidad como concepto mental que técnico. Quiero jugadores con personalidad, que tomen decisiones en el campo bajo presión y que acierten, que sean ambiciosos y comprometidos”, señaló.
La piedra angular del proyecto de Maciá será, por tanto, buscar jugadores competitivos, líderes, que hagan mejor al grupo. Es decir, el flamante director deportivo verdiblanco ficha con la mirada, pero no tanto hacia un vídeo o un partido de fútbol en directo como a los ojos del jugador que quiere contratar. Convénceme de que quieres jugar y triunfar en el Betis y después hablamos de otras cosas...
En este sentido, Maciá tiene claro que no todos los jugadores valen para todos los equipos. Esta es una ley muy antigua en el fútbol, aunque no todos los equipos lo llevan a rajatabla. Cuántos jugadores han dado sus mejores años de fútbol en una ciudad y cuando han fichado por otro club se han desvanecido. Maciá lo sabe y confía en acertar con el perfil del futbolista que necesita el Betis. Él lo tiene claro. El planteamiento de partida es que el jugador sepa a dónde viene, qué significa el Betis y por qué tiene una idiosincrasia tan especial. Ni siquiera él lo sabe bien, pero ya se está empapando de beticismo preguntando a diesto y siniestro.
Este es el retrato robot del futbolista que busca Maciá y que tratará de fichar para el Betis. Con las ideas tan claras tiene muchas más papeletas de acertar que de equivocarse, aunque después el factor suerte también desempeñará un rol importante.