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La llegada de Mel tranquilizó a la afición y al equipo”

Jesús Borrero y Alejandro Rodríguez

Vincenzo Rennella (Saint-Paul de Vence, 1988) nació en una pequeña localidad de los Alpes Marítimos franceses, muy próxima a la frontera con Italia. Allí pasó los primeros años de su vida, aunque futbolísticamente se ha criado en el Calcio. En verano de 2012 llega a España cedido al Córdoba procedente del Cesena, al año siguiente lo firma el Betis y lo cede a Lugo. Ahora, ha vuelto a Heliópolis para subir a Primera división. Llegó sin hacer ruido, por la puerta de atrás, haciendo las maletas cuando le decían, pero ahora está dispuesto a abrir la puerta grande del Villamarín. El primer paso fue la renovación y mejora de su contrato. El próximo debe ser el ascenso.

Rennella es consciente de que el ascenso está más que encauzado, aunque prefiere lanzar un mensaje de prudencia a la afición. Suficiente sufrimiento ha habido hasta el momento como para lanzar las campanas al vuelo de manera innecesaria y precipitada. Según el italiano, el Betis está a mitad de camino. “Yo creo que estamos donde queríamos estar, primeros y ahora toca aguantar lo que queda de temporada. Hemos sufrido mucho, pero faltan diez jornadas y sabemos que todos los partidos son complicados. Intentaremos aprovechar la ventaja. Es cierto que la gente, la afición se ve arriba y está contenta y convencida. El Betis tiene una gran plantilla y es difícil perder en el Villamarín antes nuestra gente, pero no hay que olvidar que lo hemos pasado mal y hemos tenido partidos como el Leganés. Tenemos nuestro destino en la mano para logar el ascenso, pero diría que aún estamos al cincuenta por ciento”, afirma en una entrevista exclusiva con El Desmarque.
El Betis produjo un cambio vital en su trayectoria desde la marcha de Julio Velázquez y la llegada de Juan Merino y Pepe Mel al banquillo. El jugador franco-italiano tiene un diagnóstico bastante aproximado de lo que ocurrió. A su juicio, el tiempo y la llegada de Mel, curaron los males que se arrastraban del pasado. “Se sufrió mucho con el descenso y ya sabemos cómo se vive todo en esta ciudad, que se multiplica por dos o por tres. Era complicado cambiar el chip en pocos meses. Con la llegada de Pepe Mel hemos estado más tranquilos porque la afición está con nosotros y con él y el ambiente se ha tranquilizado un poco”, asegura Rennella. Sus palabras tienen aún más mérito si tenemos en cuenta que su importancia en el equipo ha descendido con la llegada del entrenador madrileño. Es un nuevo ejemplo de que este delantero mira siempre por el equipo antes que por su situación personal.
Rennella es consciente de que el juego del equipo no es el más bonito, ni del gusto de la afición, pero pide paciencia y apuesta, al menos hasta junio, por el 'resultadismo'. “Descender con un equipo como el Betis es complicado, en Segunda hay que trabajar como un equipo, atacar todo el mundo y defender todo el mundo. Los jugadores no hemos dado cuenta y somos un buen grupo, nos ayudamos y eso se refleja en el campo. Estamos en el tramo final de la temporada y sólo importa ganar. Mientras ganemos no pasan nada”, sentencia.
 

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