Ollero, el Betis, los diez minutos y aquella equipación a los siete años

Juan Carlos Ollero ha repetido en varias ocasiones que es bético desde que tiene uso de razón. No guarda fotos de entonces, pero sí hay varios recuerdos marcados a fuego en su memoria que centellean en verde y blanco.

En el primero de ellos tiene siete años y luce una equipación verdiblanca de la época. "El Betis está inmerso en mis primeros recuerdos. No guardo fotos, pero sí recuerdo una con siete años vestido con la primera equipación del Betis que me regalaron y que venía con unas botas de cuero con unas tiras por abajo. Guardo esa imagen y esos 10 minutos que veía de los partidos de casa", señalaba en una entrevista concedida a los medios del club.
Aquellos diez minutos a los que se refiere el actual presidente del Betis fueron una fábrica de bético a pleno rendimiento. Bético de todo tipo y condición se aglutinaban en los aledaños del estadio bético los días de partidos a la espera de que se abrieran las puertas. "Como éramos muchos hermanos y estábamos 'cortitos', de niño venía al campo a ver los últimos 10 minutos de los partidos. Era una forma de hacer béticos extraordinaria porque veníamos montones de chavales y entrábamos en tropel para ver los últimos minutos. Y casi siempre pescábamos algún gol del Betis. Ése es el recuerdo que yo tengo al menos”.
En esta batería de recuerdos se refleja el sentimiento que Ollero tiene por el Betis. Un sentimiento que asegura que tiene algo de irracional y que tratará de implantarlo en el día de la gestión. “El Betis tiene algo de religioso. Todos los que estamos aquí, desde el primero al último, servimos a una institución muy importante y por ello, primero, no caben decaimientos en la dedicación a esta institución; y segundo, hay que hacer el trabajo bien hecho. Eso significa esfuerzo, autocrítica más que crítica a los demás, trabajo en equipo, tomar decisiones duras en algún momento. No es nada fácil llevar la autoexigencia a las organizaciones, pero desde luego tiene que ser un propósito. No puedo asegurar el éxito inmediato pero puedo asegurar que se logrará trabajando con continuidad. No es una cosa que se alcanza de la noche a la mañana”, afirma.
Respecto a su modelo de gestión, Ollero cree en el equipo, más allá del individuo, aunque no le temblará el pulso llegado el momento. “Yo soy ‘consejista’, sólo soy presidencialista en casos extremos. El consejo debe organizarse para seguir muy de cerca la marcha del Club. Eso exige la creación de comités con un número reducido de consejeros. El consejo de administración ha decidido crear ya dos comités para el funcionamiento del Real Betis: un comité ejecutivo que seguirá la marcha general del Club y un comité deportivo, que seguirá específicamente la situación deportiva y su evolución”.