La manta de Rubi, otra vez corta

El Espanyol (otra vez) perdió el derbi catalán. El conjunto blanquiazul se marchó del Camp Nou tal y como llegó: con los mismos puntos y con la sensación de que nada puede cambiar en una historia archiconocida en LaLiga Santander. Rubi, que cayó en la trampa, que desvió -parte, todo sea dicho- su rueda de prensa en la provocación de Gerard Piqué, se asustó en el escenario y renunció a su ideal para, otra vez, caer derrotado. El Espanyol se tapó la cabeza pero dejó sus pies al aire, se protegió en demasía y se olvidó de atacar la portería de Ter Stegen. La manta, otra vez corta.

Cambio de sistema, mayor protección... y mismo resultado. El Espanyol modificó su habitual alineación para enfrentarse al Barça y colocó una rigurosa defensa de cinco hombres que pareció no haber trabajado durante la semana: horrendas basculaciones, errores en salida de balón y coordinación mediana.

Rubi es el hombre que mejor conoce a los suyos y, probablemente, realizó dicho cambio táctico debido a los resultados azulgranas acumulados ante la defensa de cinco. Pero acumular hombres no es siempre positivo. Ni en ataque ni en defensa.

El técnico -o al menos sus hombres- pareció olvidar que para puntuar en el Camp Nou suele ser habitual anotar. Y el Espanyol ni siquiera disparó a portería durante el encuentro. Ter Stegen, que es el meta azulgrana por si alguno lo había olvidado, fue el que creó la ocasión más peligrosa para el Espanyol... ¡con un saque que rebotó en un rival!

Con Wu Lei enfermo y Sergio García recién recuperado, Rubi 'se cargó' a su hombre gol -Borja Iglesias- con mucho tiempo aún por delante y llevó a su equipo a caer derrotado con una genialidad de Leo Messi que, al menos para el que escribe, no era más que cuestión de tiempo.

Las historias se escriben sobre el verde, nunca en twitter ni en sala de prensa. Caer en la trampa, perder el mínimo de tiempo en hablar sobre Piqué fue un error, sí, pero también lo fue presumir de posibilidades de vencer y acumular un total de cero tiros a puerta durante 90'.

Para ganar el derbi hacía falta algo más -mucho más- que defender. La manta, otra vez, se quedó corta.