Del ático al sótano

Un punto separa al Málaga y al Deportivo de la Coruña. Ambos, junto con otro pelotón de equipos, sostienen una batalla feroz por regresar a LaLiga Santander. La misma distancia existe entre medio de sus filiales, el Atlético Malagueño y el Deportivo Fabril. No obstante, es el único denominador común. Las sensaciones son diametralmente opuestas entre los primeros equipos de ambos clubes y la punta de lanza de cada cantera. Los primeros luchan por recuperar la categoría, los segundos por no perderla.

Malagueños y coruñeses son dos de los conjuntos más potentes del escalón de plata del fútbol español. Por historia, pero también por rendimiento actual. Tras más de media liga los dos siguen bien posicionados para pegar el zarpazo final. Hubo tribulaciones en la parte alta, pero siempre mantuvieron una regularidad para no descabalgarse de la zona alta. En el otro extremo están sus prolongaciones en la cantera, que son los dos peores filiales de Segunda División B. El Malagueño cierra el Grupo IV y el Fabril, el Grupo I. El primero tiene 17 puntos, el segundo 18. Los de Manolo Sanlúcar son el peor de España. Hicieron algún amago de despegar, pero les falta continuidad en resultados.

Hay lazos malacitanos en Abegondo. La manija gallega la llevaba hasta hace poco Sergio Pellicer, que llegó para revertir la crítica situación. El entrenador, que ostentó varios cargos tanto en La Academia como en el primer equipo en su etapa en Martiricos fue suplido hace unas semanas Luisito. En la plantilla quedan dos futbolistas con pasado malaguista, que precisamente llegaron en enero. Uno es Arturo Segado, que jugó en el Malagueño en la 2016/17. La primera mitad de temporada la jugó en el NK Istra croata. El otro es Ignacio Abeledo, autor del gol del ascenso del filial blanquiazul en Yecla. El onubense se marchó este verano al Nástic de Tarragona, donde no contó con minutos. Curiosamente, jugó en La Rosaleda este año con los catalanes.