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La historia de Keidi Bare: desde los 11 años fuera de casa para triunfar

Keidi Bare, en una imagen antigua y otra actual.
ElDesmarque

Keidi Bare (Fier, Albania; 1997) es una de las grandes apariciones de la temporada. Llegó para competir con el Atlético Malagueño en su salto a Segunda B y ahora es un fijo para Muñiz en la medular del Málaga. Un brinco significativo para un jugador que se fue labrando un hueco con el paso de los meses. Cuando se abrió la rendija, no decepcionó. Al contrario, convenció al técnico, que incluso cambió el dibujo, donde el '35' blanquiazul se siente cómodo. Su ascensión, pareja a la llegada de Erik Morán, ofrece más competencia en un centro del campo que andaba necesitado de refuerzos.

No lo tuvo fácil el futbolista, que lleva una década fuera de su casa. "Desde muy pequeño tenía muy claro que quería llegar muy lejos en el fútbol. Espero que eso pase, creo que estoy haciendo las cosas bien y espero que siga siendo así. Albania es un país pequeño, hay pocos jugadores que juegan fuera del país. Salí de allí con once años, sólo, me fui a Grecia cuatro años y mi familia se quedó en Albania. Luego volví y ya vine a España, donde llevo casi seis años", relataba el albanés en una entrevista para Canal Sur Radio.

"En mi casa siempre me educaron así, tenía que salir para tener una buena vida. Eso me ha hecho bien, creo que soy más maduro. Pero es difícil porque estás fuera de casa, lejos de tu familia. Eso te hace madurar y ver la vida de manera diferente. Me acuerdo bien de cuando me fui de mi casa llorando, pero no pasa nada, así es la vida, el fútbol es sacrificio", seguía contando el centrocampista.

"Decidí yo venir al Málaga, no me dijeron de irme en el Atlético; tenía un año más de contrato, pero en el fútbol no me conformo con poco"

La llegada a Madrid le dio un giro a su carrera, coincidieron varios asuntos. "Yo siempre jugaba en la calle, así me vio un entrenador y llamó a mi padre para que fuera a jugar con él. Luego fui a Grecia, al Panathinaikos, pero no podía jugar por tema de papeles y todo eso. Estuve allí casi cuatro años y la verdad es que fue bien. No sabía que iba que ir al Atlético de Madrid, me llamaron de repente para hacer una prueba, y al final fui allí. Coincidí con mi ídolo, Fernando Torres, era como un sueño del que no me despertaba. Se portaron bien conmigo", reconocía Keidi.

Este verano cambió la capital de España por la Costa del Sol, sus motivos son claros. "Decidí yo venir aquí, no me dijeron de irme en el Atlético. Tenía un año más de contrato, pero el fútbol es un sacrificio, no me conformo con poco, con estar en un sitio y ya está. Llegué para el filial, pero estoy en el primer equipo gracias al míster. A todos los jugadores nos gusta llegar muy lejos, es mi sueño también y lo voy a conseguir con la ayuda de mis compañeros y los técnicos. Me han educado así, mi padre siempre está detrás diciéndome que tengo que trabajar mucho para llegar lejos", terminaba el jugador malaguista, con carácter y palabras ambiciosas.

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