Jarro helado sobre el frío

Fue una jornada para valientes. Tanto de un bando, el blanquiazul, el local, el de casa; como para el otro; el rojiblanco, el de fuera. Hizo mucho frío, viento, y cayeron algunas trombas antes y durante el partido sólo aptas para héroes. Muchos, bastantes, abonados se quedaron en casa. Era mal día y lo daba la tele en abierto. Otros, igual pocos pero bien avenidos, se plantaron en La Rosaleda para animar a su equipo. La rutina, el rollo de siempre. Fueron hoy 13.313 los espectadores. Capicúa y con mucho 13. Mal presagio.

Finalmente no hubo minuto de silencio para Julen, pero sí una pancarta en el ‘Fondo Sur 1904’: “Tus alas estaban listas para volar, pero Málaga no estaba lista para verte partir". El partido empezó bien, con un golazo de Adrián en el minuto 11 y una buena primera parte blanquiazul. Un crucetazo por allí de Renato, y buenos despliegues físicos de Cifu y Keidi Bare. Los tres fueron ovacionados en diferentes lances del partido. También Seleznyov, que parece cae bien al paisanaje.

Sin embargo, en la segunda parte se repitió el guión de siempre. El cansino. El Almería, que tiene un equipo muy bien trabajado, movió bien el banquillo y pertrechó al Málaga reservón de siempre. El ambiente, pese a la climatología, era festivo, con cantos y verbena, pero los sustos fueron paulatinos hasta que llegó el gol. Sí hacía frío, el jarro de agua helada que supuso el tanto de Rioja hasta dolió. “Se veía venir”, se escuchaba en los vomitorios de salida. La gente huía a casa. Demasiado frío y demasiado enfado.