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Ricca tira del carro

Expandir v
A. G.

Sufrió de lo lindo el Málaga para volver a ganar en casa. No anda inspirado el equipo de Muñiz, en un indiscutible bache de juego aunque no tanto de resultados. Los blanquiazules se han repuesto del terrible batacazo sufrido ante el Reus con dos triunfos poco vistosos pero sí tremendamente valiosos. Esta vez fueron Adrián y Harper los que pusieron la rúbrica a una victoria en la que Ricca jugó un papel decisivo. El lateral uruguayo generó los dos tantos con dos estupendos centros y el Málaga vuelve a enfundarse el traje de líder, al menos, por unas horas.

Se cayó el Lugo cuando se quedó con diez en el minuto 70. Y aun así tuvo la opción de empatar el partido en el descuento. Primero con un cabezazo de Iriome y luego en una acción muy polémica en la que Harper acabó evitando el empate con la mano.

Finalizó el partido feliz el Málaga. Pero las pasó canutas desde el principio, igual que sucedió en el primer partido de Liga en Lugo. La primera parte volvió a encender las alarmas. Y no sólo por el resultado. No dejó ver una jugada digna el equipo de Muñiz en los primeros 45 minutos. Un error garrafal de Munir puso el gol en bandeja a Josete Malagón cuando aún no se había cumplido el minuto 8. Las jugadas a balón parado dejaron de ser un aliado hace tiempo. El Málaga ha dejado de ser fiable donde hace unos meses era casi infalible.

Lo peor del primer tiempo no fue el 0-1. Fue la incapacidad mostrada por el equipo blanquiazul para hacer sufrir a su rival. Ni presión arriba, ni capacidad para generar juego. Una falta botada por Lombán y repelida por Juan Carlos fue lo único que se echó el Málaga a la boca en ataque en todo el primer tiempo. Defensivamente, tampoco estuvo cómodo el cuadro local. Lazo se sacó de la chistera varias genialidades con las que sacó los colores a algunos defensores malaguistas (Cifu, Lombán, Keidi Bare…). La Rosaleda no aguantó hasta el descanso y mostró su descontento a base de silbidos antes de que el colegiado decretase el intermedio.

Cifu, durante el Málaga-Lugo.

El panorama cambió a la vuelta de vestuarios. Y el Málaga logró el empate en la primera buena jugada que trenzó en todo el partido. Keidi Bare encontró a Ricca en la izquierda y el centro del uruguayo, decisivo, lo cabeceó dentro del área Blanco Leschuk. Adrián la empujó con la derecha al fondo de la portería (1-1, minuto 50). No estaba siendo ni mucho menos un buen partido para Adrián, totalmente desdibujado escorado a la izquierda. Pero tiene gol y eso en el fútbol vale mucho. El madrileño ya suma cuatro tantos y se convierte en el segundo máximo goleador del equipo.

La reacción del Málaga no encontró continuidad hasta la expulsión de Josete Malagón. Sólo entonces vio la luz el equipo de Muñiz. La ventaja numérica la provocó un buen pase de Pacheco a Blanco Leschuk, que fue derribado cuando ya encaraba a Juan Carlos. El goleador del cuadro gallego se iba antes de tiempo al vestuario y el Málaga se encontró con 20 minutos en superioridad. Y tuvo que ser Ricca de nuevo el encargado de rescatar al equipo blanquiazul. Presionó y robó el balón a Carlos Pita y puso el segundo centro de gol de la noche. Harper, libre de marca, no desperdició el regalo y los tres puntos se quedaron en La Rosaleda.

La victoria deja líder al Málaga a la espera de lo que hagan Albacete (en Riazor) y Granada (ante el Elche). Pero no debe conformarse el equipo de Muñiz, que evidencia unos problemas atroces para generar jugadas de ataque y al que le cuesta un mundo manejar los partidos.

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