De señales y señalados
El Málaga dejó síntomas de relativa preocupación este domingo en Almendralejo. Más allá de la tendencia negativa a domicilio, que contrarresta con la imperial en La Rosaleda, el equipo blanquiazul cayó en casa de un equipo de la zona baja, evidenciando vulnerabilidad defensiva y dependencia de Blanco y Ontiveros en ataque. El Málaga, al menos fuera de casa, ha perdido parte de la identidad y de la dinámica que le hizo ganar mucho al principio, y algunos jugadores no están a su mejor nivel. El duelo del domingo deja señales y señalados.
En el segundo apartado cabe destacar a los futbolistas que están llamados a marcar la diferencia. Tenga o no que ver sus continuos vaivenes y cómo repercute eso en sus rutinas con el Málaga o en su cansancio, los dos internacionales, Munir ni N’Diaye, han bajado prestaciones. Igual le pasa a Juanpi o Dani Pacheco. El venezolano, que aportó en Gijón con el penalti y el gol, no terminar de alcanzar continuidad en los partidos y ayer fue suplido al descanso.
Mención especial tiene Pacheco, uno de los fichajes estrellas del verano en la categoría. Más allá de su atípica pretemporada y de su inactividad, el pizarreño no termina de ser un diferencial. De hecho acumula dos partidos en blanco tras una mala actuación en Gijón. A Pacheco, más asociativo ‘por dentro’, no le favorece especialmente el estilo del Málaga, pero tampoco se ha mostrado atinado en una de sus virtudes, el balón parado. Cuestionado por sus dos partidos consecutivos en blanco, Muñiz explicó en sala de prensa: “En esa posición hay mucha competencia y buen nivel. El que mejor esté jugará. No vamos a mirar nada más el que más o mejor esté aportando. Tenemos seis y pueden jugar dos. Hay cuatro que se quedan fuera, si hubiera jugado Pacheco me preguntarías por qué no juega Ontiveros”.
También resultó llamativo el descarte de Haksabanovic, al que su buen debut no le valió para entrar en la lista pese a la lesión de Koné y la ausencia de Harper; o el cambio de Renato, que parecía haber vuelto con más chispa de su lesión y que fue sustituido cinco minutos antes del descanso cuando estaba siendo de los mejores en el Francisco de la Hera. Tampoco lucieron a su mejor nivel los defensas, una zaga bisoña y con falta de contundencia que echa de menos a Luis Hernández, o Blanco, que baja demasiados enteros de cara a portería cuando juega lejos de casa y que volvió a tocar madera por cuarta vez esta temporada.