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Un gigante dormido

Los jugadores de Osasuna celebran un gol en El Sadar (Foto: La Liga).
J. M. Noguera

No entiende de nombres LaLiga 1|2|3, que se rige por unos entresijos particulares. Los mismos que permiten ver a Osasuna, club con tradición histórica en España, coqueteando con el fondo de la clasificación. Son fiables en El Sadar los de Jagoba Arrasate, pero aún no saborearon un triunfo a kilómetros de Pamplona. Una rémora que sólo le permite ir al trantrán. Un campo donde hay un margen de mejora amplio y que le permitirá poder dar una zancada hacia puestos privilegiados.

Ahí está el Málaga, que visita un fortín inexpugnable este sábado (18:00, Movistar Partidazo). Los rojillos, con el calor de su afición, cosecharon las únicas tres victorias que lucen, permitiendo dos empates frente a Elche y Numancia, último visitante de La Rosaleda. Fiabilidad en su hogar, pero lejos de la exhibida en Martiricos de los de Muñiz. Una racha de otro siglo y en la que sólo siguen el paso el PSG y el Lille en la Ligue 1. Le cuesta a Osasuna, como a los malagueños, a domicilio. A tenor de lo visto, es algo habitual en la categoría de plata.

Lejos de El Sadar, los navarros sumaron dos de los últimos nueve puntos, lo que les tiene en la duodécima posición con 13 puntos. Hay un dato que ofrece una perspectiva clara. Es el club que más encaja en feudo ajeno (12 goles) después del Córdoba (13). Una sangría alarmante. Después de Cádiz y Zaragoza, seguramente el aspirante a cotas altas más hundido en la clasificación. El rendimiento fuera no le permite coger velocidad de crucero. "El equipo está mejorando bastante fuera de casa a pesar de los resultados, que no son los que queremos. Generamos más peligro, aunque es cierto que no estamos metiendo las ocasiones que estamos teniendo", decía Brandon sobre la dinámica esta semana.

El delantero es una de las caras nuevas para el segundo intento consecutivo de llegar a LaLiga Santander, el primero, con un proyecto rutilante, fue fallido. De piedras angulares salieron el técnico Diego Martínez (que ahora tiene al Granada en ascenso directo), Quique González, Lucas Torró, Manu Herrera, Borja Lasso o Rober Ibáñez. Entraron nombres sugerentes como Iñígo Pérez, Brandon, Juan Villar, Rubén García, Nacho Vidal o el ex malaguista Rubén Martínez. También Arrasate, que dejó al Numancia a las puertas de un ascenso. Refuerzos de altura para situarse en la terna de favoritos. Ahí, está, por el momento, el Málaga, con un tercio del trabajo hecho. Quiere reivindicarse Osasuna, una bestia que aún no despertó.

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