El poder de La Rosaleda
El Málaga sigue infalible en casa. El equipo de Muñiz ha hecho de La Rosaleda un campo de minas para sus rivales. El Málaga no pierde un ápice de su solidez defensiva y de los registros que le han llevado a comandar LaLiga 1|2|3 desde el primer día. Harper fue el héroe esta vez. Ahí radica la fortaleza del Málaga. No sólo es una roca a nivel defensivo. En ataque luce pegada y un armario repleto de recursos para hacer gol. La inspiración no llegó en esta ocasión de las botas de Ontiveros o Blanco Leschuk. Fue la cabeza de Harper la que devolvió a los blanquiazules al sendero de las victorias. 1-0. Tres puntos y liderato de nuevo afianzado.
Muñiz sorprendió con Juanpi de inicio. El venezolano ha cambiado de actitud y el asturiano sabe que, al cien por cien, sus prestaciones pueden ser altísimas. No tuvo un partido brillante, pero sí fue generoso en el esfuerzo y La Rosaleda le recompensó por ello con sus aplausos cuando fue sustituido. Una pieza más para la causa.
Esta vez el Málaga no tiró de la receta de la paciencia. No buscó madurar el partido, sino tratar de agarrarlo desde el principio. Cuando Harper abrió la lata en el minuto 10, Ontiveros y Blanco Leschuk ya habían rondado el gol hasta en dos ocasiones. El 1-0 llevó el sello de La Academia. El centro de Iván fue preciso. Medido. Y el escocés de la Costa del Sol exhibió sus recursos de buen delantero. Atacó el balón en el primer palo y remató con un giro de cabeza perfecto. Gran gol.
La teoría inicial dictaba que el primer tanto sería el trance más difícil de superar para el Málaga. Pero el Rayo Majadahonda no entregó el partido a pesar de verse por debajo con 80 minutos por delante. Nico no se cansó de incordiar a los centrales blanquiazules y se encontró con un balón en el área con todo a favor para empatar. Su remate se fue arriba.
A favor de marcador, el Málaga se mostró menos incisivo. Pero no perdió de vista la portería de Basilio. Sobre todo Blanco Leschuk, que dio un nuevo clínic jugando de espaldas a portería. El argentino estuvo a punto de aprovechar otro centro medido de Iván Rodríguez y calcar el gol de Harper y, tras el descanso, estrelló un balón en el poste.
En el último cuarto del choque el Málaga pasó a preocuparse más por proteger sus espaldas que por cerrar el partido. Nico dio el susto, pero entre el asistente, que levantó la bandera, y Munir, que le ganó el mano a mano, abortaron el peligro. En el tramo final sólo Ernesto Galán llevó algo de inquietud a La Rosaleda con un disparo lejano que obligó a Munir a volar hasta su escuadra izquierda. La victoria refuerza aún más el liderato del Málaga, que recupera los cuatro puntos de ventaja sobre sus perseguidores y destierra el recuerdo de la derrota en Las Palmas.