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Es Noticia

Rubén Castro, un debut en Málaga y en pesetas

Rubén Castro, en uno de sus primeros partidos con Las Palmas.
D. Marín

La primera vez que Rubén Castro se vistió de corto en Primera División Don Joaquín Peiró entrenaba al Málaga, La Rosaleda aún tenía esquinas, las entradas al fútbol todavía se pagaban en pesetas y Paqui jugaba en Las Palmas. ¡Paqui! Sí, ya ha llovido desde el debut de Rubén Castro en la élite, precisamente en Martiricos. Fue el 25 de febrero de 2001, en breve se cumplirán 18 años. Quien naciera el día de su estreno ya casi puede conducir. Una mayoría de edad separa el primero del siguiente partido (cualquiera vaticina que será el último, o el penúltimo) de Rubén Castro ante el Málaga.

No pasan los años por el delantero canario, cuyas 37 primaveras no le impiden ser uno de los jugadores más determinantes de la categoría. Fue una de las obsesiones de Caminero en sus primeras semanas como director deportivo del Málaga, pero a Rubén Castro le pesaron más las ganas de volver a casa. No han sido pocas las veces en las que se le ha relacionado con el club de Martiricos en su dilatada carrera, pero siempre acabó como pistolero rival.

Y ahí estará el domingo, como la principal amenaza de un equipo plagado de nombres que cuenta por encima de todo con su solvencia y su veneno en el área. Rubén suma seis goles que le hacen ser Pichichi de LaLiga 1|2|3 en cinco jornadas, aunque no es especialmente el Málaga uno de sus rivales preferidos. ‘Sólo’ le ha marcado dos tantos en diez partidos, ambos en La Rosaleda y con la camiseta del Betis, quedando en blanco con Las Palmas y el Deportivo, sus otros disfraces de enemigo.

En el vestuario del Málaga lo conocen bien. Son muchos los jugadores que han coincidido con él, alguno como N’Diaye ascendió de su mano a Primera en el Betis. “Tiene algo diferente. Sin tocar mucho balón, te mete uno, dos, tres cada partido. Es un veterano, pero tiene mucha experiencia y mucha calidad”, señalaba el franco-senegalés en Málaga hoy, mientras que Héctor, paisano suyo, se declara admirador en una entrevista en La Provincia: “En todos los clubes en los que ha estado lo ha hecho increíble, me he fijado en vídeos de él. Tenemos que tener mucho cuidado con él y con todo el equipo”.

Así que, casi 18 años después de su debut en Primera en La Rosaleda, Rubén Castro seguirá dando la lata, aunque es cierto que aquella vez apenas jugó un minuto, supliendo a Guayre, en un equipo que entrenaba Sergio Kresic y en el que también militaban ilustres como Schürrer, Jarni, Josico, Paqui o el malagueño Jaime Molina. El Málaga aquel de Peiró, que ganó 2-1 aquella tarde, formó con: Rafa; Rojas, Bravo, Larrainzar, Iznata, Rufete, Movilla, De los Santos, Zárate; Darío Silva y Dely Valdés.

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