Cuando Málaga y Unicaja se dieron alas en el aeropuerto

Hay partidos que cambian inercias. Buenas tardes que generan tendencias. Y dinámicas positivas que se inician casi porque sí. Luces entre las tinieblas que sirven para recuperar sensaciones. Eso es lo busca el Málaga en Riazor y eso es lo que encontró el Málaga el año pasado en El Molinón. La situación y los contextos son bien diferentes, pero lo curioso es que hoy se cumple un año de aquella previa del día más importante del curso pasado para el deporte malagueño.

Lo recordarán, el Málaga y el Unicaja se cruzaban en el aeropuerto y posaron para la ocasión. Se dieron ánimos y alas. Fue una especie de conjura que a la larga resultó talismán. Ambos se disponían a coger a la misma hora sendos chárteres. El Málaga, moribundo e incapacitado, visitaba al Sporting, al alza y que peleaba por arrebatarle a los blanquiazules la plaza de permanencia. El Unicaja, por su parte, viajaba a Valencia para jugar sin factor cancha el último partido de la final de la Eurocup. El destino quiso que ambos afrontasen los partidos más importantes de las temporadas el mismo día y a la misma hora, y también que partiesen del aeropuerto a la vez, aquella tarde del martes 4 de abril de 2017.
Lo que pasó después fue un éxito total. Los dos equipos ganaron sus finales a la vez. El Málaga lo hizo en Gijón (0-1), con gol de Sandro y partido estelar de Kameni. Iniciaba entonces una racha triunfal que lo impulsó en la tabla y que alejó fantasmas del descenso. A los pocos días le ganó incluso al Barcelona. El Unicaja, por su parte, asaltó la Fonteta (58-63) y ganó un título once años después de la última vez. Fue una noche larga, para la historia, que tuvo en el aeropuerto su punto de partida. Hoy se cumple un año de aquello.