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Es Noticia

Cuando el Málaga caminaba entre dioses

J.B.

No hace mucho tiempo, el Málaga paseaba su nombre y su camiseta blanquiazul por Europa. Y lo hacía como un equipo grande, venciendo a equipos históricos y alcanzado los cuartos de final de la máxima competición continental. Fue una temporada mágica, la de 2012-13, inolvidable e irrepetible. Un curso futbolístico que dejó recuerdos imborrables como aquel del 13 de marzo de 2013, cuando el equipo de Manuel Pellegrini derrotó al Oporto por 2-0 en la vuelta de los octavos de final clasificándose así para cuartos. Hoy se cumplen ya cinco años de aquello.

Quién no recuerda ese derechazo de Isco desde fuera del área a la escuadra de Helton o aquel vuelo de Roque Santa Cruz para rematar el centro de corner también de Isco para colocar al Málaga en los cuartos de final de la Champions. Una noche mágica que definitivamente puso a Málaga, su ciudad, y aquel equipo en boca de todo el orbe futbolístico.
Eran los tiempos de alegría, al menos sobre el verde, porque el propietario, Abdullah Al-Thani, ya había comenzado con el retroceso en su inversión y había problemas con los pagos. Pero aquella escuadra enamoraba en su primera participación en la máxima competición continental y alcanzaba los octavos de final sin haber perdido ni un solo partido en la fase de grupo.
En la ida, en Oporto, caía por la mínima y la machada se antojaba complicada. La experiencia, la calidad del rival, se imponían en las quinielas, en las apuestas, que terminarían saltando con aquel testarazo del delantero paraguayo para alegría del malaguismo.
Aquella noche, los protagonistas fueron Isco y Santa Cruz, aunque el segundo fue suplente y apenas llevaba tres minutos sobre el verde de La Rosaleda cuando se impuso a la zaga lusa para voltear la eliminatoria. Pellegrini utilizó aquella noche a 14 jugadores. Santa Cruz fue su primer cambió y la jugada no pudo salir mejor.
De inicio, el Málaga saldría con Willy Caballero, Jesús Gámez, Demichelis, Weligton, Antunes, Iturra, Toulalán, Joaquín, Isco, Saviola y Baptista. Después jugarían Santa Cruz, que sustituyó a Baptista (74'), Lucas Piazón entraría por Saviola en el 78’ y Camacho, que sustituyó a Joaquín en el minuto 88. Sólo se quedarían sin jugar aquella mítica noche: Kameni, Lugano, Seba Fernández y Sergio Sánchez.
Ni que decir tiene que la machada acaparó portadas nacionales e internacionales y minutos de radio y televisión como nunca antes lo había hecho el Málaga. Fue uno de los momentos más significativos en la historia del club costasoleño. Hoy, cinco años después, se antoja tan lejano como inalcanzable.

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