Seis años y medio después de aquel olivo de la UNESCO

Más de seis años y medio han transcurrido desde la imagen que ilustra esta información y este jueves, fecha prevista para el acto inaugural de las obras de la ciudad deportiva del Málaga. Irina Bokova, directora general de la UNESCO, y Abdullah Ghubn, hombre fuerte del jeque entonces, plantaban un olivo en los terrenos de Arraijanal acompañados por sus respectivos séquitos. Fue uno más de aquellos actos pomposos que envolvían cualquier paso público del Málaga entonces. De aquella burbuja opulenta y ostentosa de la que ya no queda apenas nada.

Fue un acto privado, en el que ambas instituciones, hermanadas por un acuerdo de patrocinio por el que el Málaga pagaba por lucir UNESCO en la pechera de su camiseta, sembraron dicho olivo, que luego desaparecería, como símbolo de la productividad, historia y paz, y con el fin de transplantarlo después a un lugar significativo del recinto que se iba a construir. Entonces, 1 de junio de 2011, estaba muy avanzado que en esos terrenos se edificaría La Academia. Y así iba a ser, lo que nadie preveía es que iba a tener que llover tanto para que ocurriera.
Pasaron los días, los meses y los años. Llegaron los conflictos políticos, los permisos de un terreno complicado por muchos factores, la burocracia, la desidia y un sinfín de reveses que ha tenido en el propio club la última de las demoras. Pero ahora todo parece ser una realidad más tangible. Mañana jueves habrá otra foto, igual no más, quién sabe, con otros protagonistas pero con el mismo fin, empezar las obras de la ansiada ciudad deportiva. Tras el acto inaugural llegarán las máquinas y, ojalá que antes de que empiece la próxima temporada, la primera fase de La Academia será una realidad.