Míchel, mensajes con preaviso

Míchel no se mordió la lengua tras la derrota del pasado sábado en Riazor. Pudo ser públicamente más duro, porque así lo sentía tras el paseo de sus jugadores ante el Deportivo y los fallos en situaciones de partido que se habían trabajado durante la semana (como el gol de Joselu), pero, sin serlo excesivamente, dejó muchas cosas claras. No estaba contento con el encuentro de sus futbolistas y, aunque se señaló como responsable, dejó claro que no va admitir ciertas actitudes ni tendencias de aquí al final de Liga pese a que el equipo esté virtualmente salvado. Sus ruedas de prensa y entrevistas siempre llevan implícitas muchos mensajes que, en muchos de los casos, ya conocen sus destinatarios con antelación.

“Lo que estoy hablando en sala de prensa es lo que le he comentado a ellos”, dijo en A Coruña durante su alocución cuando fue cuestionado por el mensaje que le había transmitido a sus futbolistas tras el encuentro. No era la primera ni la segunda vez que decía algo así en una comparecencia, ya que Míchel suele advertir antes del palo a sus jugadores. Justo así ocurrió en el vestuario de Riazor, donde se encerró con ellos durante casi diez minutos después del partido. Hubo dura bronca y preaviso de lo que iba a ocurrir luego en sala de prensa.
Fue un nuevo mensaje a navegantes del madrileño, que si algo está mostrando en sus primeros encuentros como blanquiazul es personalidad, ilusión y ambición por construir a medio plazo un buen equipo. Cree que en Málaga y en el Málaga hay potencial para hacerlo y no quiere desaprovechar la oportunidad que se le presenta ante sí. Para ello, entre otras cosas, es fundamental acabar lo más alto posible en la tabla esta campaña.