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Es Noticia
Atlético de Madrid
4-2
Málaga CF

Monedas al aire

F. Godoy

El Málaga fue peor que el Atlético de Madrid en igualdad. Y eso se entiende. El Málaga fue peor con uno menos que el Atleti. Eso tiene menos defensa. El resultado es lo de menos, lo grosero es el contexto. Porque el equipo de Juande Ramos es una moneda al aire constante. El entrenador no da con la tecla. Estén unos o estén otros.
Lo único que se puede rescatar, como en prácticamente todo lo que se lleva de curso, es que el Málaga tiene poderío para hacer goles y capacidad para tratar de levantar encuentros complicados. Lo malo es que no se sabe dónde nace el equipo, cuál es su raíz, su por qué. Nada obedece al sentido común, cuando no es caos es anarquía.
Es tan habitual que el Málaga comience un partido perdiendo que casi ni duele ya. En lugar de cicatriz tiene una cremallera que sube y baja. Debió ser un espejismo lo sucedido ante el Leganés. O no, o quizás secede que en aquella ocasión Kameni sí detuvo al rival. Pero toca regresar al Calderón, al lugar del crimen, donde la defensa -como concepto colectivo- falló. También los defensas, especialmente un Bakary Koné cuya imagen indolente es un añadido a su irregular papel.
El ejecutor fue Carrasco, un hombre que está en racha y al que quizás habría que haberle prestado más atención. Qué menos que estar encima del futbolista más en forma del contrario, ¿no? Lo que pasa es que también hay que leer el contexto. Porque en defensa de Koné hay que decir que forzó la máquina para ayudar al equipo porque así se lo pidió Juande Ramos.
Y ese riesgo que tomó el entrenador del Málaga lo aprovechó el Atlético de Madrid. Un balón al área que le vino a la cabeza y que él se encargó de meter en el punto de penalti de nuevo. Camacho trató de quitársela de encima, pero con la mala fortuna de que le cayó en los pies a Gameiro. El punta francés sólo tuvo que definir. 2-0. Se acabó. O no...
Cuando peor pintaba para el Málaga, el Atleti andaba pendiente de la lesión de Gaitán. Mientras se producía el cambio, Sandro acomodaba el esférico para botar una falta que era un semi córner. Relativamente cerca del área pero sin ángulo. El canario entendió que no era una opción centrar, que ya le tocaba al equipo blanquiazul probar a Oblak. El delantero marcó un golazo impresionante con un disparo violento que dejó inmóvil al Calderón entero.
Fue un espejismo. El Málaga, previsible y disminuido por las circunstancias, era un libro abierto para los colchoneros. Filipe Luis buscó un balón a la espalda de la defensa que Griezmann peinó de manera brillante para la llegada de Gameiro. Mikel intentó abortar la misión, pero no lo consiguió. Tampoco Kameni. El 3-1 al borde del descanso sí que parecía definitivo.
Llegó la segunda mitad y el Atlético se sintió más guapo que el Málaga. Gameiro se plantó como Pedro por su casa delante de Kameni, aunque el camerunés anduvo soberbio. Los colchoneros veían que el rival estaba en sus manos, que apenas incordiaba o inquietaba. Pero Savic, que debió ser expulsado cuando aún iba el partido 0-0 por una agresión a Ricca, ayudó a meter al Málaga en la pelea después de ver dos amarillas.
Cuando Simeone todavía no había podido introducir su cambio conservador, Camacho cabeceó a la red la falta lateral que había consedido el defensa rojiblanco. 3-2, media hora por delante y uno más, un escenario que pocos habrían imaginado viendo cómo estaba el partido.
El encuentro se enrareció. Las pizarras había volado por los aires ya. Simeone llevado por los demonios porque veía que se le podía escapar un triunfo que daba por sumado. El Málaga volcado porque no tenía nada que perder pero sí mucho que ganar. Sin embargo fueron los colchoneros los que demostraron saber gestionar mucho mejor las situaciones enrarecidas.
Apenas se jugó porque el Atleti domina el 'otro fútbol' como pocos. Encima pudo marcar con una falta directa de Carrasco. El Málaga en cambio no lograba hilvanar tres pases seguidos a pesar de sus buenas intenciones. Y en una de esas el equipo rojiblanco penalizó a los de Juande. Un contragolpe nacido de un despeje desesperado fue transformado por Carrasco en un golazo. 4-2 definitivo.
Para más inri el Málaga también se quedó con diez porque el desastroso Estrada Fernández entendió que Chory Castro merecía la amonestación en una falta en la que seguramente ni tocó al rival. La puntilla para una derrota que fue más que merecida. Porque eso es el Málaga a día de hoy y después de diez partidos, una moneda al aire. Puede caer de cara, de cruz y hasta de canto, pero eso lo que es.

 
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  1. Vicente Fernández corrales

    Menudo petardo nos han metido con el kone este otrave , mi primo de Francia le pregunté porque pensaba que era mucho mejor mi primo me dijo que con duda que regular que no savia que decir y más en España este solo tiene cuerpo ,no sabe jugar , con los pies es el peor que recuerdo en mucho es un paquete , no se mueve parece un bolo de el gran prix un muerto , y encima ya a su edad se pierde más velocidad . Es el peor central en mucho tiempo. onyewu , matisen , Lugano , Kris , Flavio , helder , angelieri , incluso Chen es mejor me lo hubiera quedado antes que a él , y Llorente porque es del Madrid y es un mimado como muchos , pero tampoco vale un duro , que demuestren primero y después le echen galones