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La infamia de Dortmund cumple tres años

I. T.

Hoy se cumplen tres años de la mayor gesta perpetrada por el Málaga en su historia. No deja de ser paradójico que el éxito blanquiazul más reconocido sea al mismo tiempo un ultraje, un escarnio, una infamia. Porque en Dortmund el Málaga acarició la gloria, pero se la negaron con muy malas artes. El 9 de abril de 2013 un heroico equipo dirigido por Manuel Pellegrini se quedó a muy pocos segundos de meterse en semifinales de Champions League. Un arbitraje negligente y el Borussia Dortmund lo impidieron. Michael Platini, sigues siendo non grato.

Aquel día, tras un 0-0 en La Rosaleda en el que los blanquiazules salieron vivos a base de oficio y la actuación de un Willy Caballero gigantesco, el Málaga consiguió silenciar el imponente Signa Iduna Park hasta pocos segundos antes del final. Aquella noche se plantaron los hombres de Pellegrini sin complejo alguno, practicando el fútbol que había maravillado a Europa, frente a un Borussia Dortmund que en la eliminatoria siguiente ridiculizó al Madrid. Ciertamente, los Lewandowski, Reus y Gotze, guiados por el también poco querido en Málaga Klopp, daban miedo. Pero a Joaquín, Isco, Toulalan, Demichelis, Baptista y compañía nada parecía detenerles.
La primera parte fue una oda al fútbol por parte de los dos bloques. El Málaga sabía cómo hacer daño al Dortmund y le esperó. Le esperó hasta encontrar una grieta como la que vieron Isco, Baptista y Joaquín, que fabricaron una jugada en la frontal que remató con maestría el genio de El Puerto. Dedos al cielo. Los 3.000 malaguistas desplazados enloquecieron. Pero la artillería alemana también era cosa final. En tres segundos armaron una contra que finalizó el punta polaco.
Con 1-1 se alcanzó la segunda parte y el Málaga siguió el mismo plan. Apretaron los de Klopp y Caballero se hizo imbatible. Eliseu marcó en el 82 tras un contragolpe impecable. Su posición ofrecía dudas y pudo ser anulado, es verdad. Pero nada que ver con lo que se vio a partir de ahí: empujones, placajes y entradas sin castigo alguno que embotellaron al Málaga. Así llegó el 2-2. El escándalo terminó de perpetrarse con el 3-2 de Santana en el que claramente había cuatro jugadores del Dortmund en fuera de juego. Málaga lloró, pero los héroes pasaron a la historia. Se cumplen tres años de aquella noche. La cicatriz, en días como hoy, sigue sangrando.

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