Barral, lo que pudo ser y no fue

Hace un año uno de los temas más comentados por Málaga era el interés del club de La Rosaleda por hacerse con los servicios de David Barral. Al final el asunto no cuajó y el delantero de San Fernando se marchó a los Emiratos Árabes para terminar recalando en el Granada en el mercado invernal.

Este enfant terrible gaditano siempre ha sido una pesadilla para el Málaga. Sólo hay que recordar algunos de los enfrentamientos entre el conjunto blanquiazul y su exequipo, el Levante. Que se lo digan a Filipenko, que vio cómo le amargaba el debut en la vuelta copera, que casi remonta él solo y donde acabó expulsado. También en Liga protagonizó una goleada al equipo de Gracia, en uno de sus peores partidos al frente de la nave malaguista.
Con tantos detractores como partidarios, Barral jamás deja indiferente. Y que el Málaga quiso contar con él es tan cierto como que el mismo Mario Husillos -entonces director deportivo de la entidad- admitió contactos (aunque con mucha menor vehemencia de lo que las distintas informaciones apuntaban) y hasta fue a espiarle en directo en un Córdoba-Levante.
Finalmente nada terminó de decidirse y Barral se dejó seducir por el dinero 'fácil' del fútbol árabe firmando por el Al-Dhrafa. Y eso que él también puso de su parte y se vendió en público: "Málaga me gusta para vivir y para jugar, es un buen club. ¿A quién no le gustaría jugar en un equipo como éste, que ha jugado la Champions?", declaró entonces en El Larguero de la SER y El Partido de las 12 de COPE. Incluso dejó caer que no estaba cerrado pero casi. "¿Te vas al Málaga?", le preguntaron. "De momento, no".
Pues efectivamente, no estaba cerrado. Ahora, el Málaga y Barral, Barral y el Málaga, cruzan sus destinos una vez más. Un amor imposible.