Baha impone la ley del silencio

Algo se veía raro en Baha tras conseguir sus dos goles. Hubo que ver el segundo para confirmarlo, pero lo que era una intuición, se confirmaba definitivamente tras el segundo tanto. Baha sonreía, pero se dejaba abrazar más que abrazar a nadie. La explicación quedó clara al final del partido. "Nunca he bajado los brazos. Sabía que mi momento iba a llegar y tenía que estar listo para cuando llegase. He  
trabajado muy duro a la espera de mi oportunidad. Estoy muy satisfecho por cómo me han salido las cosas en este partido. He contestado de la mejor manera posible, con dos goles que han valido una importante victoria para el equipo y que nos coloca con 30 puntos. ¿Las celebraciones? No voy a celebrar más los goles que marque. Cada tanto que marco se lo dedico a mi mujer y a mi hijo”, comentó sobre el césped. Dicho queda.