Perder así duele menos
El Levante UD nada pudo hacer ante la superioridad del Real Madrid y, aunque dio la cara en muchas fases del encuentro, acabó derrotado en su visita al Santiago Bernabéu por dos goles a cero.
Gareth Bale, con dos tantos en una primera parte en la que el Madrid fue netamente superior, resolvió un encuentro al que el Levante no le perdió la cara en ningún momento. Los de Alcaraz aguantaron el tipo ante un equipo muy superior, con orden, garra y tratando, con más corazón que calidad, de estirarse para hacer un buen juego en el Bernabéu. Perdieron, pero la imagen fue buena.
Nadie podrá decirle al Levante que no quiso. Su técnico formó con el once de gala, pero cuando el Madrid está necesitado y lanzado es muy difícil pararlo. El 4-4-2 de Lucas Alcaraz no fue impedimento para que las oleadas blancas enclaustraran a los granotas desde el principio.
Desde el minuto uno de partido se mascaba el gol. Bale, en dos ocasiones; un tiro al palo de Cristiano; un gol anulado a Benzema por fuera de juego y todo en menos de un cuarto de hora... Lógicamente el castigo llegó. En el 17, Toño sacaba en la línea un remate de Cristiano, pero su rechace caía al galés Bale que, con su pierna mala, lograba el 1-0.
Con el marcador a favor, el Madrid se relajó y el Levante pudo salir al ataque. El ex granota Keylor Navas era un espectador de excepción. No en vano, el primer acercamiento granota serio no se produjo hasta el 28, cuando Xumetra cabeceaba mal un centro lejano desde la izquierda.
Desde la dupla de atacantes hasta el último defensor, los jugadores levantinistas iban persiguiendo a los blancos por todo el campo, pero ante el relax de éstos empezaron a jugar más cómodos. Los balones comenzaron a llegar arriba. De esta forma, Uche gozó de la mejor ocasión para los granotas en esta primera mitad al cabecear de forma defectuosa un centro, que esta vez servía Morales desde la banda derecha.
Pero la calidad de los merengues les permitió, a la contra, marcar el 2-0. Modric asistía para Cristiano, el portugués disparaba y Bale desviaba un balón que se iba fuera. Era justo, pero no por eso menos doloroso. El partido se había puesto cuesta arriba cuando los jugadores enfilaban el túnel de vestuarios.
Baja la intensidad en la segunda parte y Lucas mueve el banquillo
La dupla Simao Mate-Camarasa se veía superaba por la velocidad del Real Madrid. Encastrados por delante de la defensa, eran dos zagueros más que pisaban área propia. No les quedaba otra, porque cada vez que el Madrid pillaba al Levante a la contra, creaba peligro. Es cierto que la intensidad del juego bajó con el 2-0 y con el paso de los minutos.
Los de Lucas Alcaraz, todo pundonor, aprovecharon para estirarse y, al menos, acercarse de nuevo a la meta del Madrid. El técnico, viendo que al menos tenía alguna posibilidad de acercarse en el marcador sacó dos bandas de refresco. Saltaron al campo El Zhar y Rubén por Xumetra y Morales, que se habían desfondado atacando y defendiendo.
Como los azulgranas se estiraban, dejaban más huecos atrás que facilitaban las contras de un Madrid que iba al "tran trán". En una de esas, Cristiano centraba por la derecha y Benzemá remataba de espuela a la cruceta. El Levante seguía vivo. Un gol les metía en el partido, pero no arribaba con claridad suficiente.
Barral, tras una brillante jugada personal, cambiaba de pareja de baile. Kalu Uche dejaba su puesto a Casadesús. El mallorquín tenía quince minutos para obrar un milagro que ya no llegaría.
Es más, en las postrimerías del encuentro, un tiro de Camarasa que se fue alto le provocó una posible rotura muscular al centrocampista que dejó a su equipo con diez los últimos cuatro minutos, ya que Alcaraz había hecho todos los cambios. Aún así, El Zhar tuvo una ocasión para lograr el gol del honor en el 89, pero el electrónico ya no se movería. Derrota sí, pero imagen digna ante un rival que no es de la Liga del Levante aunque jueguen en la misma competición.