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El que se fue de Sevilla, pierde la silla, la Copa y la imagen

Messi, lamentando el tercer gol del Athletic (Foto: Kiko Hurtado).
Periodista especializado en Sevilla FC y Betis.

Ronald Koeman, no hemos aprendido. El FC Barcelona perdió el primer título de la temporada, la Supercopa de España, tras una inexplicable desconexión en los últimos minutos y un golazo de Williams en la prórroga. El refrán no lo dice, pero casi: el que se fue de Sevilla, pierde la silla y la Copa... y la ilusión por seguir viendo a Leo Messi en el Camp Nou.

Inexplicable, doloroso, inolvidable. Llámenlo como quieran. La Supercopa de España no era importante en el Barça hasta el minuto 90' del encuentro del Athletic de este domingo. Que le pregunten a Messi, que acabó desesperado.

Ronald Koeman estaba cerquísima de conseguir su primer título como entrenador del Barça y Antoine Griezmann se colocaba, silenciosamente, en las portadas de todo el panorama futbolístico. Una dulce venganza ante las durísimas críticas que habían recibido ambos.

Como decíamos, la Supercopa de España "no es el título más importante", comentaba Koeman en sala de prensa en la previa ante la Real, pero estaba a punto de convertirse en un preciado título que permitiría ganar confianza, respaldo, resguardo ante las posibles críticas futuras. Pero todo se estropeó.

Messi, jugador del Barcelona, lamentando el tercer gol del Athletic (Foto: Kiko Hurtado).

El ideal culé, el que presume de ser ofensivo, alegre, dañino al rival y lujoso para el espectador, se tiñó de negro cuando Koeman, en su habitual intento de protección, en su habitual falta de confianza en el sistema defensivo, volvió a colocar el doble pivote con Pjanic entrando en el campo. Se desmoronó la idea, se perdió el partido y Messi acabó haciendo el ridículo.

La prórroga fue, más allá de la maravilla de Williams, un quiero y no puedo, un inútil intento de demostrar que el Barça aún cree, un paseo de Leo con la cabeza gacha, pegando al rival -y no con fútbol- con el lamento de saber que podría haber perdido su última final con el Barça.

El refrán no lo decía, pero casi: el que se fue de Sevilla (a falta de tres minutos) perdió la silla y la Supercopa.... y hasta la posibilidad de volver a ver disfrutar al Barça.

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