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El Barça, más que un club también en los barrios desfavorecidos de Nueva York

Jorge Fuentelsaz

Nueva York, 8 jun .- Recogen sus camisetas y, antes de jugar al fútbol, se sientan en corros para hablar y compartir "humildad, ambición, esfuerzo, trabajo en equipo y respeto", los valores que por segundo año consecutivo la Fundación Barça ha intentado inculcar en escuelas de zonas desfavorecidas de Nueva York.

Se trata de la fiesta de clausura del segundo curso escolar, en el que el F.C Barcelona ha llevado su metodología "futbolNet" a siete escuelas neoyorquinas de barrios pobres o con alumnos con discapacidades.

"Estamos buscando siempre escuelas públicas y siempre nuestro trabajo es con niños y niñas que sufren algún tipo de exclusión y, por lo tanto, en este caso son de barrios que sufren un poco más dificultades socioeconómicas", dice a Efe la directora de campañas y de recaudación de fondos, Guiomar Todó.

Y es que Nueva York, más allá de ser la sede de la bolsa de Wall Street o el lugar donde ricos y famosos de todo el mundo se pelean por comprar un apartamento en la azotea de alguno de sus rascacielos de cristal, es también una ciudad con un 19 % de personas pobres y con casi la mitad de su población en el umbral de la pobreza.

"Estamos implementando nuestra metodología que se llama futbolNet. A través del deporte y los valores, lo que hacemos es trabajar con estos niños para promover la inclusión social", agrega Todó.

Un profesor de educación física de la escuela "P186x" en el barrio del Bronx, Jeff Leyser, explica a Efe que su colegio cuenta con un gran número de niños con discapacidades que "realmente se están beneficiando de este programa".

"Nuestros estudiantes tienen una gran cantidad de retrasos cognitivos, intelectuales y sociales y este programa, definitivamente, ha conseguido que los alumnos se abran más, que se expresen más, que es muy difícil a veces para los alumnos", agrega.

Hoy es un día festivo y los alumnos juegan varias pachangas en distintos minicampos de fútbol para poner la guinda final al curso escolar, antes del comienzo de la vacaciones estivales.

Todó cuenta que los valores que inculca la Fundación son los mismo "que se estudian en la Masía y que los han estudiado todos los jugadores de la cantera, como Messi y Piqué, son los mismos que trabajamos con los niños y niñas de Nueva York".

El programa se lleva a cabo en colaboración con el Departamento de Educación de Nueva York y con el apoyo del modisto neoyorquino Thom Browen, responsable del diseño de los trajes de fuera del campo de los jugadores del F.C. Barcelona, y que acudió al evento, celebrado en la pequeña isla neoyorquina de Randalls, muy cerca de Harlem.

Todó precisa que la metodología "futbolNet" se comenzó a aplicar en todo el mundo en 2007. En Estados Unidos, la iniciativa arrancó hace dos cursos en Nueva York, pero el Barcelona ya está en conversaciones para replicarla en Los Ángeles y en Detroit.

"La fundación Barça quiere trabajar allí donde el club tiene seguidores. En EE.UU. tenemos más de 10 millones de fans que apoyan al equipo, que nos conocen y para nosotros es muy importante devolver ese agradecimiento, ese apoyo (...) es importantísimo devolverlo en clave de comunidad", agrega Todó que asegura que la fundación trabaja en 59 países.

Su objetivo sería llegar a 75 escuelas, 2.700 niños, y haber formado a un total de 150 profesores en la metodología de la Fundación.

Para lograr ese objetivo, el pasado diciembre viajó a Nueva York el vicepresidente del FC Barcelona, Jordi Cardoner, y la directora general de la Fundación, Maria Vallès, para buscar nuevos socios.

Aunque el fútbol todavía no cuenta con muchos seguidores en Estados Unidos, comparado con los deportes estrella en el país, como el fútbol americano, el béisbol o el baloncesto, ha ido ganando adeptos año tras año y los grandes clubes europeos han comenzado a invertir más de cerca.

Vangelis Bibioris, profesor de educación física del colegio "Ps225", en el barrio de Brooklyn, destaca también el progreso que ha notado en sus alumnos desde que el pasado septiembre comenzaron su cooperación con el club español.

Los alumnos "empezaron a estar cómodos entre ellos, son tres cuatro clases diferentes a la vez. Se hacen amigos, se conocen, se ayudan en los juegos. Sólo ver el progreso es algo realmente bueno", concluye Bibioris.

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