40 días para volver a ocupar el trono
El FC Barcelona ha conseguido en 40 días, los transcurridos desde el partido de vuelta de la Supercopa de España en el Santiago Bernabéu, alejar las dudas tras un desastroso verano y volver a colocar al club en lo más alto del fútbol español.
El 16 de agosto, el Barcelona caía derrotado frente al Real Madrid en el partido de vuelta de la Supercopa por 2-0, pocos días después de hacerlo también en el partido de ida en el Camp Nou por 1-3. El equipo había perdido la chispa y navegaba entre dudas después de que Neymar revolucionara el planeta futbolístico con su marcha al PSG.
De la noche a la mañana aparecieron rumores sobre que el PSG iba a pagar la cláusula del jugador. La directiva del Barcelona 'pasaba' de estas informaciones, hasta que se hizo oficial la salida del jugador a cambio de 222 millones de euros. Esa cantidad parecía suficiente para fichar a, prácticamente, quien quisiese el Barça, pero Coutinho, el principal objetivo, se encontraba con la negativa de Jurgen Klopp.
Finalmente, junto al fichaje de Paulinho por unos criticados 40 millones de euros, llegaba Ousmane Dembelé, también a un precio desorbitado. 105 millones más 40 en variables por un futbolista que sólo llevaba un año al primer nivel. Jugadores como Seri se descartaban a última hora y refuerzos de todo tipo se relacionaban con el club.
Mientras, sobre el campo, Leo Messi seguía sosteniendo al equipo. Ante Betis y Alavés, la mera presencia del argentino servía para conseguir dos victorias sólidas con sendos 2-0. Las dos primeras pruebas de fuego llegaron en tres días, con el derbi ante el Espanyol y la visita de la Juventus en Champions. Dos goleadas, 5-0 y 3-0 con un Messi estratosférico, devolvieron al equipo la confianza perdida durante la época estival.
Después, tres victorias más ante Getafe (1-2), Éibar (6-1) y Girona (0-3) para mantener el inicio inmaculado. Y ya no sólo con Messi. Paulinho y Semedo se han acoplado al esquema de forma inmejorable, la defensa ha demostrado solidez y Valverde aporta la tranquilidad necesaria. El único punto negro, la lesión de Dembelé, que no jugará más hasta enero.
Otro factor más que complicó la situación en agosto era mirar al eterno rival conquistar títulos. Tras la Champions y la Liga de la temporada pasada, los de Zidane se alzaban con las dos Supercopas este verano, pero el inicio de Liga ha sido completamente distinto. Tres pinchazos en el Bernabéu ante Valencia, Levante y Betis han complicado la situación blanca, a siete puntos ya del Barça en la clasificación. 40 días que han dado para todo esto, y es que el fútbol, afortunadamente, es imprevisible.