Volver a empezar

Dicen que lo que no te mata de hace más fuerte y al Dépor han estado a punto de asesinarlo desde varios ángulos. Desde fuera, por supuesto, pero no olvidemos que también desde dentro. Que había un judas en la plantilla y que, tras lograr salir del descenso, hubo jugadores que se pasearon por un estadio que albergó noches de Champions ante un ya descendido Extremadura y fueron de turismo a Miranda de Ebro, quizás ya pensando en su próximo destino.

Aquella noche, tras la derrota frente al Mirandés viví el momento más triste de la temporada y aún no había ocurrido lo del Fuenlabrada. Noté y, como yo creo que todo el deportivismo, que todo se apagaba.

Algo cambió

Si me dicen aquel 17 de julio que me iba a sentir ahora tan motivada no me lo creería. Me emociona ver como se ha recompuesto el deportivismo, ese que nunca falla. Que está en las buenas y en las malas.

Y me gusta también la plantilla que se está cerrando. Hay muchas incógnitas y los que más saben de esto avisan, que la nueva Segunda B es muy traicionera. Es verdad que el Dépor juega con presión pero ha hecho una buena conjunción de la veteranía con la inocencia. Y que cuando le tiemblen las piernas a Gandoy ahí estarán Borges y Bergantiños, y Beauvue hará lo propio con Adri Castro.

Sé que hay un debate abierto sobre la inclusión de más canteranos pero considero que están los que tienen que estar y que de cara al futuro estoy segura de que estarán más con la apuesta desde abajo que ha empezado a hacer el club.

Lo veo como una gran ocasión que, sin duda, aprovecharán futbolistas como Valín y el propio Gandoy que, quizás si el Dépor continuase en Segunda no gozarían de la oportunidad que la vida ahora les va a brindar. Son chicos que nacieron con la camiseta del Deportivo, que sí, que sienten los colores de verdad y que abrirán paso a muchos más pero, de momento, toca compensar y también fichar.

Sin prisa pero sin pausa, estamos ante una temporada atípica e inédita también por la crisis del coronavirus pero no perdamos esa gran ilusión que ahora mismo nos embarga. Pensemos que no puede ser peor que la anterior.

Al contrario, ahora podremos disfrutar del fútbol de verdad. Y es que a veces, como en otras muchas facetas de la vida, es necesario volver a empezar para continuar y, en un futuro...TRIUNFAR.