Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros con fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada (recopilan datos sobre tus gustos y perfil).

Si continúas navegando por el sitio, estás aceptando su uso.

Puedes rechazar la utilización de cookies u obtener más información al respecto en nuestra Política de Cookies

A través de cualquiera de las páginas webs del Grupo tiene la opción de personalizar las cookies tal y como desee.

Es Noticia

Los difíciles inicios de Uche Agbo: de jugar descalzo a superar la malaria

Uche Agbo reza durante el reportaje del Granada CF.
Periodista. Siempre desmarcado.

Uche Agbo jugará en el Deportivo hasta el final de temporada. El futbolista esconde una historia de superación que le ha llevado hasta donde está ahora. Más allá de sus condiciones deportivas, toca conocer a la persona. A ese joven nigeriano que se escabullía para jugar al fútbol mientras debía estar en la escuela. Al niño que jugaba descalzo sobre campos de arena. Y a ese chico que, cuando parecía que daría el salto, fue diagnosticado de malaria. Sin embargo, todas esas vicisitudes no le privaron de hacer su sueño realidad: ser futbolista.

El jugador relató, en una entrevista en los medios oficiales del Granada CF, algunas de las piedras que ha tenido que sortear durante su adolescencia. Escollos que ha tenido que salvar y que han pulido su carácter.

"Cuando era pequeño, mi sueño era convertirme en jugador de fútbol, pero mis padres no querían que jugara. Solo querían que estudiara. Di lo mejor de mí para tener tiempo y jugar, hasta que el profesor me preguntó si quería apuntarme a clases por la tarde. Eso lo usé como excusa para ir por la tarde e irme a jugar a fútbol con un amigo. Al principio era muy duro, porque iba al campo sin botas y el campo era de arena. Mis primeras botas me las dio mi entrenador, lo que me animó porque vio algo bueno en mí. Me dijo: 'toma estas botas y ven siempre a entrenar'" reveló.

Sus dificultades para jugar con botas y su gran oportunidad

Su dedicación vio recompensa en forma de premio. "Luego tuve la oportunidad de representar al estado de Kano en un torneo. Se lo dije a mi padre y me preguntó cómo podía ser, si él me había mandado a la escuela. Yo le respondí que era una competición escolar, y entonces no me puso problema. El estado de Kano patrocinó todo el equipo: compró botas, medias y todo para nosotros. Cuando llegamos al torneo, fue difícil adaptarse. Unos 8 o 10 jugadores nunca habían jugado con botas. Perdimos los tres partidos porque no estábamos acostumbrados a ellas".

Uche Agbo, en Abegondo para cerrar su fichaje por el Dépor.

Todo ello le llevó al que fue su gran trampolín: el trofeo de Toulon. "La Copa del Mundo sub 20 fue... Dios. Un agente vino a verme y me llevó al FC Enyimba. Tras jugar con el equipo, el seleccionador sub 20 me llevó a jugar con ellos. Había 200 o 300 jugadores, y solo iban a entrar 22. Yo estaba deprimido, pensé que no tendría la oportunidad de jugar en Europa. Pensé que mi oportunidad había muerto porque apenas jugué en el Mundial sub 20. Pero antes del Mundial, jugamos un torneo en Toulon, Francia, entre cuatro países. No lo sabía, pero un scout del Udinese estaba allí y me vio jugar todos los partidos".

Así afrontó Uche Agbo la malaria: con la ayuda de su fe

Uche Agbo reconocía su fe, que siempre le acompaña. "Vengo de una familia cristiana. Siempre le rezo a Dios, porque sé que es el único que puede llevarte donde tú quieras. Cada día de mi vida rezo porque creo en él".

Además, relata la historia de cómo superó la malaria y le llegó la gran oportunidad con el Granada. "Estábamos en la pretemporada. El doctor me detectó malaria. Incluso cuando estaba en el hospital, aún estaba convencido de que lo iba a conseguir. Mi cabeza me decía: "no te preocupes, conseguirás todo aquello que te propongas". Cuando volví a casa tras mi debut, estaba muy contento, y me puse a rezar a Dios para agradecerle esta oportunidad. Lo agradezco y necesito más. Ahora esoy en el primer equipo y le sigo rezando".

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar