La zaga de los perdones

Primero le tocó el turno a Lampropoulos. Después de los errores cometidos frente al Girona FC en Montilivi, el griego salió a pedir disculpas al finalizar el encuentro. El central del Dépor se quedó en el banquillo frente al Almería. Si salió de titular el que había sido su compañero en la zaga, Javi Montero, que por un manotazo inevitable dejó al Dépor con diez hombres. También el jugador cedido por el Atlético de Madrid pidió disculpas a través de sus redes sociales a todo el deportivismo.

No cabe duda de que los números de la defensa blanquiazul son realmente malos. 17 goles encajados en diez partidos y más que pudieron ser si no fuese por las intervenciones salvadoras del guardameta Dani Giménez. Los centrales están descontentos con esas cifras y parece que lo de pedir perdón se ha puesto de moda.

Sin embargo, lo que puede parecer una muestra de autocrítica y humildad no está tan bien visto por el mundo de la psicología. Las disculpas esconden, a veces, falta de autoconfianza. El experto en psicología deportiva, investigador de la UCD, Andrés Íñiguez Díaz explica para ElDesmarque que "Cuando hay confianza no hace falta pedir perdón. Los equipos de alto rendimiento focalizan su atención en la confianza y no en el error. El error ya se sabe que forma parte de la competición. Se corrige y listo" 

Bajas para Luis César

Precisamente ni Montero ni Lampropoulos podrán jugar con el Deportivo el próximo domingo a las 21:00 horas frente a UD Las Palmas. Ambos tienen compromisos internacionales y el nuevo técnico blanquiazul tendrá que buscar un plan B. Una opción segura será la de Peru Nolaskoian pero el vilagarciano tendrá que decidir quien le acompañará. Después, a la vuelta de los dos internacionales a Luis César le tocará también la dura tarea de subir la confianza de los defensas.