El Dépor se condena a permanecer en Segunda

Volver a formar parte de la élite del fútbol español pasaba por superar una prueba de fuego en Son Moix. En el feudo bermellón, el Deportivo ansiaba teñir de blanquiazul una noche mágica como la de San Juan, pero todo salió mal desde el primer minuto. Ausentes en ataque, incapaces de mantener prendida la mecha encendida en Riazor y desnortados por completo, los jugadores dirigidos por José Luis Martí fueron barridos por un Mallorca superior. Sin paños calientes, el Dépor no mereció más que lo que recibió: tres goles y la condena de continuar un año más en la categoría de plata del fútbol español.

El míster balear apostó de inicio por un 4-2-3-1 con Borja Valle por detrás de Quique González. Martí se guardó bajo la manga a Fede Cartabia y Carlos Fernández, sus dos futbolistas más talentosos. Sin Michele Somma ni Álex Bergantiños, Pablo Marí reemplazó al italiano en el eje de la defensa y Vicente Gómez hizo lo propio con el capitán por delante de la línea de cuatro. Enfrente, el Mallorca apostó por Baba –imperial– en la plaza del sancionado Pedraza, y confió en Ariday en el lugar de Leo Suárez.

El Mallorca arrancó el choque cargando su ataque por la banda izquierda. Sin que la medida pudiese causarle ningún tipo de sorpresa al Dépor, tanto Pedro como Bóveda se encargaron de defender ese perfil con ahínco. A pesar de que las primeras acometidas estuvieron en las botas de los locales, serían los blanquiazules los que se mostrarían en el área de Reina en dos ocasiones. Primero, en forma de un posible penalti no señalado sobre Borja Valle; después, a través de otro remate birlado in extremis al berciano a la salida de una faltada ejecutada con precisión por Pedro Sánchez.

Superadas esas dos primeras situaciones a favor de los herculinos, el Mallorca logró golpear primero tras trenzar una buena combinación en la frontal del área. Budimir terminó imponiéndose a Domingos Duarte en un duelo individual en la medialuna del área y acto seguido sacó un disparo seco con la zurda ante el que nada pudo hacer Dani Giménez. Un duro varapalo para un equipo demasiado aculado atrás que añoraba lo indecible a Bergantiños. La lesión muscular de Nahuel (Carlos Fernández ocupó su plaza) y el empuje local marcarían la recta final del primer tiempo.

En el segundo tiempo el escenario apenas varió: el Mallorca siguió percutiendo una y otra vez, gozó de varios remates en la cabeza de Abdón Prats y la zurda de Estupiñán y supo rentabilizar un libre directo de Salva Sevilla. El ex del Betis y el Espanyol superó la barrera gracias a un estupendo disparo de interior con la pierna derecha y el cuero acabó en el fondo de la red. Justo castigo para un equipo completamente desconectado.

Tendrían que pasar 77 minutos para que el Deportivo exigiese a Reina por primera ocasión. Saúl colgó un centro lateral desde el perfil izquierdo y Quique lo empaló con toda la intención del mundo. El golpeo le salió centrado al 'pichichi' vallisoletano y ninguno de los futbolistas que acudieron al remate llegaron a anticiparse al guardameta de los bermellones.

Malgastada la primera del Dépor, Abdón Prats dio la puntilla con un gran gol a la contra. La falta de consistencia del conjunto blanquiazul y el nulo atrevimiento se llevaron por delante las esperanzas de un afición entregada a la causa que ahora tratará de digerir como pueda el enorme varapalo sufrido en Mallorca. Ni siquiera Pablo Marí en el último segundo pudo evitarlo. Su cabezazo se fue lamiendo el poste y evaporó por completo las esperanzas blanquiazules.