El Dépor se hace el harakiri
En una situación de imperante necesidad tanto por la trayectoria del equipo como por los resultados positivos cosechados por los rivales del conjunto coruñés en la pelea por el ascenso, el Deportivo recibía al Extremadura en Riazor dispuesto a no perder comba con los actuales ocupantes de las plazas de playoff. Sin embargo, el desenlace resultó repetitivo, desesperante y, por momentos, incluso humillante. El peor Dépor la temporada, y ya es decir, mordió el polvo ante un rival empeñado en continuar un año más en Segunda. Acabar el curso entre los seis primeros se antoja ahora mismo un imposible.
En su estreno en el municipal coruñés, José Luis Martí introdujo hasta tres permutas respecto al equipo que cayó hace siete días contra Osasuna en Pamplona: Borja Valle, Didier Moreno y Vítor Silva reemplazaron a Christian Santos, Pedro Mosquera y Álex Bergantiños. Enfrente, un Extremadura sin novedades.
Los visitantes comenzaron el duelo apretando arriba al Dépor, conscientes de las dificultades de los blanquiazules para manejar con criterio la posesión de la pelota. Ortuño, Márquez y Zarfino trabaron la circulación de los coruñeses con insistencia. La medida del Extremadura invitó al Deportivo a buscar en largo la espalda de los centrales, pero, tras un par de desajustes iniciales, Pardo y Borja Granero consiguieron controlar las rupturas de Quique González.
Bóveda y Pedro Sánchez sí ganaron regularmente profundidad por el carril derecho, si bien ninguno de ambos consiguió colocar buenos centros en el corazón del área protegida por Casto. Nada nuevo. Sin precisión ni calidad técnica en esos envíos laterales, hilar tres o cuatro pases consecutivos era un pobre consuelo para un equipo construido para llevar la iniciativa.
La descarada propuesta del Extremadura tendría premio en el minuto 23. Tras manejar el esférico durante más de un minuto en la frontal del área coruñesa, Bastos colocó un balón al segundo palo, entre Pablo Marí y Diego Caballo, y Olabe lo atacó con vehemencia. Sin oposición, el salmantino superó a Dani Giménez impactando con la pelota al primer toque.
Desde entonces hasta el tiempo de descanso, solo un precioso pase filtrado por Edu Expósito a Borja Valle exigiría la intervención de Casto.
El segundo tiempo comenzó con Christian Santos en la plaza de Vítor Silva y nuevos bríos. Los herculinos lograron someter al Extremadura con más corazón que cabeza, pero no transformaron el dominio territorial en goles. Didier Moreno dispondría de la oportunidad más clara al rematar sin acierto y bajo presión un centro lateral raso de Pedro Sánchez.
La nula puntería de los coruñeses contrastaría con la de los hombres dirigidos por Manu Mosquera. En el minuto 58, un golpeo sin aparente peligro de José Antonio Pardo desde 25 metros se coló entre las manos de Dani Giménez para sorpresa de locales y visitantes. La guinda en un domingo de terror.
Desdibujado, herido y desesperado, el Deportivo se atascó por completo con muchos minutos por delante. Los jugadores quisieron hacer cada uno la guerra por su cuenta con la intención de marcar un gol que permitiese soñar con la remontada. Prácticamente in extremis, un disparo centrado de Mosquera, mal repelido por Casto, serviría para recortar distancias.
Pese al arreón final, la remontada no llegó a tiempo y el Dépor volvió a morder el polvo en Riazor. Esta deriva hacia ninguna parte ha convertido al equipo blanquiazul en uno de los peores de la categoría en 2019. Sálvese quien pueda.