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Es Noticia

Ahora no son solo detalles

David Simón, en el Dépor-Almería (Foto: Iris Miquel).
ELDesmarque

El Deportivo de Natxo González no logra salir del bucle de juego y resultados en el que se ha instalado en las últimas jornadas. Lejos de recuperar buenas sensaciones, contra el Almería volvió a mostrar su versión más ansiosa, precipitada y falta de lucidez. A los puntos, los hombres de Fran Fernández merecieron más que un Dépor sin ideas ni un plan claro para hacerle daño al rival. 

El Dépor se empeñó en jugar en largo sobre Christian Santos, la referencia en la punta del ataque en sustitución de Quique González, mermado en las últimas fechas a causa de unas molestias musculares sin especificar. Natxo quiso aprovechar la imprevisibilidad y el buen timing de Pedro Sánchez por detrás del delantero venezolano, pero Christian no salió vencedor de prácticamente ningún duelo individual contra los centrales almerienses.

Sin más recursos, el Deportivo vivió de la inspiración individual de sus extremos, porque Vicente no supo manejar el partido en la línea de medios. Algo más entonado que en partidos anteriores, a Cartabia se le vio de nuevo precipitado y ansioso por lograr el gol o la asistencia que le permitiesen asomar la cabeza en un mes de marzo muy decepcionante en lo particular. Tampoco sumó más Borja Valle, desconectado del juego durante los primeros 45 minutos.

Pablo Marí, en el Dépor-Almería (Foto: Iris Miquel).

En ataque, el equipo solo generó peligro a balón parado y gracias a acciones discontinuas. Quien mejor representa esto último es Matías Nahuel. El extremo hispanoargentino aportó velocidad y descaro en la recta final del choque, aunque su electricidad no se transformó en situaciones claras de gol para el conjunto blanquiazul. En cualquier caso, el futbolista propiedad de Olympiakos fue uno de los pocos jugadores del Dépor a la altura de las circunstancias. Además de él, tan solo Dani Giménez, sobresaliente, y Didier Moreno, cómodo en su posición natural, agradaron en una noche para el olvido.

Antes, el Dépor se dejaba puntos por falta de efectividad; ahora, los problemas se han acrecentado: el cuadro coruñés no genera más situaciones de gol que sus rivales, ni tampoco es capaz de dominar sus encuentros como local. La reflexión debe ser profunda y las soluciones, inmediatas.

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