El desierto del gol
Pese a contar con varios de los delanteros más realizadores de la categoría en cuanto a su contribución por minuto jugado (Quique González, Carlos Fernández y Borja Valle), el Deportivo se encuentra inmerso en una preocupante sequía goleadora: no ha marcado en los últimos tres partidos oficiales, en los que solo ha podido sumar un punto de los nueve en juego.
El cuadro blanquiazul acumula tres partidos consecutivos sin ver portería: se quedó a cero ante el RCD Mallorca en Son Moix, donde apenas dispuso de un par de oportunidades a balón parado para batir a Reina; no pudo perforar la meta defendida por Juan Carlos ante el CD Lugo pese a que contra el cuadro albivermello sí disfrutó de opciones para anotar al menos un tanto; y tampoco consiguió anotar en el Carranza ante el Cádiz, en la penúltima derrota herculina y también la más contundente.
El bache de forma por el que pasa Quique González, los recurrentes problemas físicos de Carlos Fernández, la escasa contribución de los mediapuntas y sobre todo la pérdida de frescura y dinamismo en el centro del campo lastran a un equipo que hasta ahora había demostrado una gran eficacia en el área rival.
El reto para Natxo González es importante: devolver la fluidez a un equipo que practicó un fútbol notable durante los meses de septiembre y octubre. El 4-4-2 en rombo propuesto por el cuerpo técnico dio frutos de inmediato en A Coruña, pero en la actualidad parece no ofrecer respuestas ante el trabajo defensivo de los rivales.
El mal momento por el que pasan jugadores como Álex Bergantiños o Vicente Gómez, unido a la instrascendencia de Michael Krohn-Dehli tampoco ayuda. Además, Carles Gil, pretendido por varias franquicias de la MLS norteamericana, podría estar viviendo sus últimos días en A Coruña.
El Dépor debe resolver cuanto antes uno de sus principales quebraderos de cabeza: abandonar el desierto del gol.