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Los pésimos números de Osasuna, próximo rival

Fermín Zariquiegui / EFE

Tres entrenadores, treinta y cinco jugadores, catorce de ellos fichados para esta temporada, solo dos jornadas fuera de puestos de descenso, veintidós como colista, varios sistemas de juego y, sobre todo, 82 goles encajados en 34 partidos, son números para una temporada en la que solo se ha salvado la afición. Es el séptimo descenso de Osasuna, además el más prematuro en su historia al producirse a falta de cuatro jornadas para la finalización del campeonato, en el que ha ofrecido una imagen muy alejada de la identidad histórica del club navarro.

 
El técnico navarro Enrique Martín Monreal comenzó dirigiendo el proyecto para el regreso a Primera después de haber encabezado el ascenso tras dos años seguidos en Segunda, después del descenso en 2014 tras catorce temporadas consecutivas en la máxima categoría.
Entre Martín y el director deportivo, Petar Vasiljevic, siempre con el visto bueno de la junta directiva, confeccionaron una plantilla contrarreloj tras retrasar su ascenso a las dos eliminatorias que concluyeron en junio.
Once fichajes en pretemporada sin llegar a cuajar la mayoría de ellos, el peaje de los canteranos en su estreno en Primera y lesiones de gravedad lastraron desde el comienzo del campeonato a un Osasuna que solo ha estado fuera de los puestos de descenso durante las dos primeras jornadas.
La junta directiva presidida por Luis Sabalza destituyó a Martín cuando el equipo se encontraba a tres puntos de la salvación en la undécima jornada, pero la llegada de Joaquín Caparrós solo empeoró las cosas, con falta de empatía con la plantilla, para durar únicamente dos meses en los que el equipo no sumó ni un punto en cinco jornadas, además ante rivales directos.
La última bala de la directiva fue poner al director deportivo, Petar Vasiljevic, como entrenador, sin experiencia alguna, e incorporar tres fichajes más en enero, pero los resultados tampoco llegaron y, a pesar de ser una de las permanencias más baratas, a Osasuna no le ha alcanzado ni siquiera para pelear por la salvación al quedarse descolgado como colista, posición en la que ha estado 22 jornadas.
Con solo 3 victorias en 34 partidos y 82 goles encajados, su peor marca histórica, el equipo navarro regresa a Segunda División, aunque al menos su efímero paso por Primera le ha servido para saldar su deuda con Hacienda a través de los derechos televisivos.
Con todo por decidir respecto a la próxima temporada (director deportivo, entrenador, plantilla y presupuesto) los aficionados rojillos también están pendientes de las elecciones convocadas para octubre, sin que se despeje la duda de si la actual junta directiva se presentará a la reelección.

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