Sergio González: el premio a la constancia y al talento
Hay partidos en la trayectoria profesional de un futbolista que marcan su carrera para siempre y puede ser el caso de Sergio González. El canterano dio un paso adelante y demostró que no sólo cumple cuando le toca jugar, sino que puede ser un elemento clave en el conjunto amarillo. Ahora disfruta de su mejor momento, pero no siempre lo tuvo fácil en el fútbol.
El cartagenero llegó al club amarillo después de iniciarse en La Manga y pasar por el CD La Unión y el Cartagena Efesé. En su carrera tuvo una gran importancia Jesús Casas, actual ayudante de Luis Enrique en la selección española. En declaraciones a ElDesmarque recuerda que "llegó a prueba durante la pretemporada y me lo quedé. Tuvo unos inicios complicados porque al ser de primer años no jugó al principio, pero siempre lo ponía de ejemplo porque nunca tiraba la toalla".
"Al final jugó bastante partidos en el Balón juvenil. Pero había algunas dudas con él y ahí sí me mojé mucho en el informe recomendaba su continuidad. Me alegro mucho por él porque ha sido muy constante. Debería ser un ejemplo para todos los padres y jugadores que tras tres o cuatro partidos sin jugar se llevan al niño de los equipos", remarca Casas.
Y es que Sergio González destaca por su constancia, su trabajo y por tener una cabeza muy bien amueblada. Actualmente está estudiando mediador de seguros grupo A, como su padre, y el año próximo tiene previsto estudiar agente inmobiliario, como su madre.
Un tímido muy ambicioso en lo profesional
Los que lo conocen bien destacan su sentido de la responsabilidad y su timidez, pero también su gran ambición en el plano profesional. Desde el pasado mes de enero es futbolista de la primera plantilla a todos los efectos, ya que renovó hasta 2023 con esa condición, pero ha ayudado al club manteniendo su licencia sub 23 para que el Cádiz tenga otra ficha disponible.
Y si Álvaro Cervera no es amigo de personalizar en exceso, con Sergio ha hecho más de una excepción. El pasado sábado no tuvo reparos en destacar su gran partido contra el Oviedo y ha reconocido abiertamente que ha jugado menos minutos de los que se ha merecido.
Si Cervera es su padre deportivo, José Mari es como un hermano mayor dentro del campo. Entre los dos existe una gran afinidad y tiene en el roteño un ejemplo en todos los sentidos: profesional y personal. Un espejo en quien mirarse y con el que comparte ahora minutos sobre el campo. Una garantía para el cadismo en el momento cumbre de la temporada.