Kike, marqués de Calderón
El Cádiz salvó este miércoles una tremenda papeleta en La Línea remontando en la segunda mitad un tanto tempranero de Copi. Kike Márquez, que entró tras el descanso, cambió el partido y dio una victoria vital para los amarillos primero con un tanto y luego con la asistencia del 1-2 definitivo.
Sintió el Cádiz desde el comienzo la presión del derbi copero en el Municipal de La Línea. Y cuando logró sacudírsela ya iba en desventaja. Copi marcó al cuarto de hora pero pudo hacerlo antes con un testarazo que se le escapó por poco en el diez. El delantero algecireño, certero en el área, se convirtió además en peligro a la contra y quebradero de cabeza constante para los amarillos, imprecisos y sin capacidad de reacción hasta bien avanzada la primera mitad.
Fue, eso sí, bastante clara la primera ocasión que le surgió al Cádiz; si bien Airam tuvo una en la que no pudo alcanzar el balón al primer palo, antes de la media hora Villar gozó de un disparo en el área que repelió Mateo. Seguían los de Calderón sin generar juego y sin confianza -la que le faltó por ejemplo a Juanma con el balón y que pudo ser embarazosa en determinadas acciones-, sufrían con centros desde ambas bandas y especialmente con un activo Óscar Martín en la derecha, pero poco a poco fueron declinando el terreno y marcando la cuesta hacia la meta linense.
Así se acercó el Cádiz al empate en el 36 en una preciosa acción individual de Fran Machado, control de espuela incluido, con un disparo cruzado que obligó a aparecer de nuevo al meta local. Josete se atrevió a sacar la pelota y hacer de conexión con Airam. Y Migue García, sustituido en el descanso, se sumó probando sin suerte desde lejos. En vestuarios todo cambió. Principalmente porque al técnico cadista no le pudo salir mejor su decisión de dar entrada a Kike Márquez, ya que el de Sanlúcar no tardó ni un minuto en igualar el partido. Mejor, imposible. Un balón, un gol; y el encuentro cambiaba radicalmente.
Y en este nuevo partido la tensión en el césped y en la grada iba en aumento, pero el Cádiz ya no sufría como lo hizo al inicio. Cierto es que Josete tuvo que cortar por lo criminal una contra peligrosa de los de Escobar y que la Balona dispuso de alguna opción a balón parado. Pero los amarillos entendieron el momento, se sintieron más responsables y menos tensos y, como fruto, aunque sin someter demasiado a la zaga blanquinegra, encontraron la remontada. De nuevo Kike Márquez. Esta vez no para marcar sino para asistir desde la izquierda a Airam. El canario apareció en el segundo palo para darle aire a su equipo y, por supuesto, a Calderón, que respira más tranquilo esta noche. Respira como cadista, que es importante.
Mérito del delantero, pero imposible no darle su dosis victoriosa a Aulestia, que en la jugada final evitó el gol del empate y la prórroga. Subió Mateo, portero del Linense, a rematar una falta que colgó con peligro Copi. Y la remató haciendo temer a los cadistas un desenlace fatal. El de Ondarroa salvó el testarazo del empate… e incluso el remate posterior. Ahí sí acabó todo. Y el Cádiz sigue adelante en la Copa…