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La vida es más fácil con Don Rodrigo

Rodrigo Hernández, en el duelo ante el Getafe (Foto: ATM).
Licenciado en CAV. En ElDesmarque desde 2016.

Ganó el Atlético de Madrid al Getafe con un 66 por ciento de posesión. Y parece un dato más del partido, pero algo a tener en cuenta viendo los dos técnicos que se sentaban en los banquillos. No tienen fama Simeone ni Bordalás de querer que sus equipos den mimo a la pelota, aunque lo cierto es que el cuadro rojiblanco se ve 'obligado' a adueñarse del balón en casi todos los partidos que disputa como local ante rivales de menor envergadura, como el cuadro azulón.

Más allá de eso, se vio a un Atlético resolutivo y altamente efectivo en la primera mitad y dejando pasar el tiempo en la segunda. Lo cierto es que el equipo rojiblanco ha tenido partidos este curso con muchísimas más llegadas, pero si Griezmann decide que en su primer acercamiento va a colocar el balón junto a la base del palo, pues a ver quién le dice que no. Mientras la grada jugaba con los cánticos contra Morata y los pitos hacia dichos cánticos, el Atlético volvía a tirar de efectividad y tras un fallo de Kalinic, que acabó aplaudido por la afición y el propio Simeone, Saúl hacía el 2-0. Y a ver quién le marcaba ahora dos goles a este Atleti.

Este Atleti, entre otras cosas, sigue siendo el equipo que menos partidos ha perdido en LaLiga Santander, con una única derrota allá por la jornada 3. Ha llovido mucho desde entonces (más metafórica que literalmente), pero lo cierto es que el Atlético de Madrid sigue mostrándose como un equipo plenamente sólido al que a veces le falta gol, otras (raras) contundencia atrás y en ocasiones, más ambición. No fue el caso del duelo ante el Getafe, donde en la primera mitad ya había liquidado el partido ante un equipo, el de Bordalás, que fue incapaz de hacer sudar a Jan Oblak.

En los dos goles del Atlético apareció Thomas, primero asistiendo y luego rompiendo la defensa. Estuvo bien el ghanés, al igual que Giménez en defensa en un equipo, de nuevo, cogido con alfileres ante las lesiones. Pero quien cuajó un partido excepcional fue Rodrigo Hernández, que llegó bajo el nombre de Rodri y ya se ha convertido en Don Rodrigo. Acudía a las ayudas defensivas, sacaba el balón jugado desde atrás, levantaba la mirada para darlo en largo, en corto, para salir de la presión o para lanzar el ataque. Vio una amarilla de esas que hay que ver parar cortar una contra tras un error de Thomas y estuvo cerca de marcar un golazo en el tramo final.

La pared con Saúl le salió de maravilla, pero la definición ante David Soria no fue acertada. Quizás ese sea el único pero que se le puede poner a Rodrigo, que desde el doble pivote fue el mejor del Atlético de Madrid ante el Getafe. Y pensar que solía ser suplente o un sustituto habitual en el inicio de temporada...

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