La épica, lo heroico y un himno al pie de la letra
"Porque luchan como hermanos, defendiendo sus colores, en un juego noble y sano, derrochando coraje y corazón".
Habla el himno oficial del Atlético de Madrid, el que aún se escucha en el Metropolitano y tantas veces se tarareó en el Manzanares, de conceptos que los jugadores rojiblancos se han tomado al pie de la letra en la noche de este jueves en Londres. El equipo de Simeone consiguió un valioso empate tirando de pundonor, de orgullo, a la heorica. Cumpliendo con lo que rezan sus letras doradas y el día en que el club cumplía 115 años de historia. No está mal la presentación.
Define la RAE el concepto épico como algo "grandioso o fuera de lo común". Un Atlético grandioso se vio en Londres, sostenido por tres bazas inconmensurables con las paradas milagrosas de Oblak, el muro levantado por Godín, que portó el brazalete de capitán con orgullo, o la polivalencia de Thomas. Un Atlético que se olvidó de las individualidades y trabajó como un equipo, luchó contracorriente y llegó a la orilla, esta vez vivo. Y no es poca cosa a tenor de cómo se dio el partido.
Define la RAE la palabra heroico como algo propio de los héroes, "personas que realizan una acción muy abnegada en beneficio de una causa noble". Y lo plasmaron también los jugadores del Atlético ante el Arsenal, incluso los que menos brillantes estuvieron. Se desfondó Correa en defensa, hizo lo propio Griezmann hasta encontrar el gol. Por el aire Giménez, por la izquierda Lucas, tirando de galones Gabi en su entrada, respondiendo desde el banquillo del Savic.
Y quedan más jugadores en el tintero. Koke, Saúl, Fernando Torres. Tres chicos de la casa que no tuvieron su mejor noche -el último apenas entró en el tramo final-, pero que siguen tirando anímicamente del equipo. Que sienten el verdadero escudo del Atlético, que festejan con la grada y rugen con los goles. Que lloraron en Milán, hace dos años, pero no se rindieron y desde un segundo plano, en esta ocasión, tienen un nuevo objetivo como banderas del equipo: estar en Lyon.